Diario de León

La CDU y los liberales se posicionan tras romper el «cordón sanitario» a AfD

El apoyo a la ultraderecha en el estado federado de Turingia les causa un evidente desgaste

La presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, ante los compañeros de su partido.

La presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, ante los compañeros de su partido.

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Conservadores y liberales alemanes se mantuvieron ayer en modo contención de daños ante el desgaste que están sufriendo por haber propiciado la ruptura del «cordón sanitario» a la ultraderecha en el estado federado de Turingia (este de Alemania).

Tres días después del terremoto, las réplicas se sienten especialmente en Berlín, donde la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel, y el Partido Liberal (FDP) trataron de cerrar filas, rechazar las críticas y trasladar parte de la presión al resto de partidos en una de las mayores crisis políticas de la legislatura.

La presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, volvió a comparecer para recalcar que su partido «no va a cooperar ni directa ni indirectamente» con la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Pero eso fue exactamente lo que sucedió el miércoles, cuando el liberal Thomas Kemmerich se hizo por sorpresa con la jefatura del Ejecutivo de Turingia con el apoyo de conservadores y ultraderechistas.

No está claro si las formaciones se habían puesto de acuerdo previamente o si AfD engañó a la CDU y el FDP con una jugada táctica de última hora. El hecho es que la ultraderecha consiguió así arrebatarle la reelección a Bodo Ramelow, el candidato de La Izquierda, la fuerza más votada, que había llegado a un acuerdo con socialdemócratas y verdes para formar un gobierno en minoría. Kramp-Karrenbauer mantuvo además en su puesto al criticado líder de su partido en Turingia, Mike Möhring, aunque éste se mostró dispuesto a dimitir.

Estas posiciones de unos y otros se entienden mejor tras la publicación ayer de una encuesta, que prevé que, en caso de nuevas elecciones y a raíz de esta tormenta política, la CDU perdería la mitad de sus apoyos, del 22 al 12%, y el FDP caería por debajo del 5% mínimo para tener representación parlamentaria, mientras que el SPD, Los Verdes y también AfD subirían ligeramente, en tanto que La Izquierda ganaría 6 puntos porcentuales, hasta el 37%, manteniéndose con diferencia como primera fuerza.

Los liberales, por su parte, cerraron filas tras situarse en el epicentro del terremoto desatado por AfD. Su líder nacional, Christian Lindner, subrayó como Kramp-Karrenbauer que el FDP no va a cooperar con la ultraderecha, pero en su caso el apoyo en sus filas es mayoritario.

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