Diario de León

EE. UU. pide ante Naciones Unidas la expulsión de un diplomático iraquí al que acusa de espionaje

La CIA y el FBI firman una tregua después de varios días enfrentados

La CIA y el FBI llevan décadas tirándose los trastos a la cabeza. Incluso Hollywood se ha mofado de sus disputas y ha retratado en innumerables oca

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Barbara Celis Corresponsal de NUEVA YORK.
León

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Las investigaciones del Congreso sobre la actuación de la inteligencia norteamericana antes del 11 de septiembre han provocado un goteo constante de filtraciones, en las que, un día sí y otro también, se descubrían los numerosos errores cometidos por la CIA o el FBI. El Times reveló que ambas agencias se culpan mutuamente de los chivatazos sobre la ineptitud de la contraria y de hacer públicos errores como el de la CIA, que desde el mes de diciembre del año 2000 siguió la pista a dos de los presuntos secuestradores suicidas pero no hizo nada para pararlos. Según esta agencia, el FBI filtró esa información para desviar la atención de Coleen Rowley, la agente de Mieápolis que acusó al FBI de paralizar la investigación sobre el presunto terrorista Zacarías Moussaui. Para vengarse, la CIA dijo que el FBI sí sabía que ellos perseguían a esos sospechosos y tenía documentos para probarlo, lo que provocó la ira de Robert Mueller, director del FBI, que ha decidido pactar con el diablo y aceptar una tregua por la que la mismísima Casa Blanca clamaba, puesto que en el fondo a que acababan sacando los colores con los errores de la integencia tras el 11 de septiembre es al propio gobierno. Por otra parte, Estados Unidos ha pedido la expulsión inmediata de un diplomático iraquí asignado a la misión de Irak ante las Naciones Unidas por presunto espionaje, informó ayer la misión de EE. UU. ante la ONU. La pasada mañana el Departamento de Estado envió una carta a la misión iraquí en la que ordena la salida del diplomático antes del fin de junio, según lo explicado por Robert Woods, portavoz de la misión estadounidense ante la ONU. La carta explica que el diplomático habría realizado «actividades incompatibles con su estatus diplomático», una frase utilizada comúnmente para referirse a labores de espionaje. Según informaron a EFE fuentes diplomáticas en la ONU que pidieron no ser identificadas, el funcionario en cuestión es Abdul Rahman Saad, primer secretario de la misión de Irak ante la ONU.

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