Hayi Qadir,opositor de los talibanes, era una pieza clave en el proceso de reconstrucción política

El asesinato en Kabul de «Hayi» Qadir ha eliminado al líder pashtun de mayor relevancia del país después del propio presidente afgano, Hamid Karzai, dejando en duda la estabilidad del nuevo gobierno. Como uno de los tres vicepresidentes designados por Karzai el pasado 19 de junio, al final de la Gran Asamblea («Loya Yirga»), Qadir supuso una pieza clave en el frágil equilibrio de etnias y poderes fácticos dentro de la nueva Autoridad de Transición. Abdul Qadir, mejor conocido como «Hayi» Qadir, por haber hecho el peregrinaje -o «hajj» a Meca- no era solamente vicepresidente y ministro de Obras Públicas, sino también el dirigente más importante de los pashtunes del este del país. Su nombramiento como vicepresidente se ha visto como un intento por parte de Karzai de reforzar el peso de los pashtunes en el gobierno, frente a los tayikos de la Alianza del Norte, que siguen acaparando los puestos clave. A muchos de los militantes de Yamiat-e-Islami les indignó de manera especial que un pashtun que había pasado la época de los talibán en el exilio, Tay Mohamed Uardak, sustituyera a uno de los suyos, Yunis Qanuni, frente al ministerio del Interior. El relevo de Qanuni fue visto como un intento de reducir el poder que fue concedido a los tayikos en la conferencia en Bonn (Alemania), auspiciada por la ONU, y que en diciembre pasado creó la Administración Interina. Qadir acudió a esta reunión, pero la abandonó en protesta por la concesión de los cargos más importantes a los tayikos, pese a que sus propias fuerzas ya habían entrado, al menos en principio, en la Alianza del Norte. «Hayi» Qadir, que era gobernador de la provincia de Nangarhar, en el este del país, tuvo que salir de Afganistán tras la llegada de los talibán al poder, en 1996, aunque trató en algunas ocasiones de llegar a un acuerdo con los entonces dueños de Kabul. Un par de semanas tras el comienzo, en octubre pasado, de los bombardeos estadounidenses a Afganistán para derrocar a los talibán, el hermano de Qadir, Abdul Haq, se infiltró en el país, con el apoyo de Estados Unidos. Haq pretendió animar a los jefes tribales pashtunes del este de Afganistán a levantarse en armas contra los talibán, pero fue rápidamente capturado y ejecutado.