Diario de León

La escasa ventaja podría hacer necesaria una segunda vuelta si el domingo no consigue mayoría absoluta

El socialista Lula se perfila como vencedor en las elecciones de Brasil

El socialista Luiz Inácio Lula da Silva se ha mostrado convencido de que este domingo se convertirá en presidente electo de Brasil, pero el aj

Luiz Ináco Lula da Silva, candidato socialista a la presidencia de Brasil

Luiz Ináco Lula da Silva, candidato socialista a la presidencia de Brasil

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Efe - RIO DE JANEIRO.

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Lula lució sosegado en su condición de favorito. Bromeó e ironizó mientras Gomes y Garotinho procuraban -y conseguían- sacar de sus casillas al oficialista Serra, que llegó al debate como el mejor colocado de los tres para la eventual segunda vuelta. Garotinho pareció llevar la mejor parte entre los «segundones» en las encuestas, incluso por su dominio del medio, adquirido como locutor, mientras que Gomes, un hombre con fama de irascible, mostró una serenidad anormal para él y Serra intentó capear el temporal como bien pudo. Antes del debate, Serra tenía entre el 18 y el 21 por ciento de la intención de voto, Garotinho del 15 al 16 por ciento y Gomes del 10 al 12 por ciento, pero posiblemente se haya producido algún cambio como consecuencia de esta última escaramuza entre candidatos. La intención de voto de Lula era del 43 al 45 por ciento, lo que le aproximaba a un triunfo directo este domingo. La propensión de los brasileños al «voto útil» puede beneficiar a Lula, como en 1994 y 1998 al actual presidente, Fernando Henrique Cardoso, quien en ambas ocasiones tuvo una intención de voto parecida y acabó elegido a la primera con una holgada mayoría absoluta de sufragios que los sondeos no previeron. En su última aparición de la campaña proselitista gratuita por televisión, Lula se concentró en ese 10 por ciento del electorado que, según las encuestas, decidirá su voto prácticamente frente a la urna electrónica. «Merezco esta oportunidad», le dijo a los indecisos, a quienes llamó «los casi Lula». En la última imagen del mensaje final de Serra fue insertada una rápida leyenda que aseguraba que el instituto Datafolha vaticinaba que su candidatura crecía un dos por ciento y habría pues una segunda vuelta contra Lula. Datafolha, sin embargo, no ha publicado aún esa última encuesta. El mensaje final de Lula volvió a ser en el tono «paz y amor» que caracterizó su campaña. «Quien siembra vientos, recoge tempestades, pero yo no he levantado un dedo contra nadie», dijo antes de disculparse con Serra por las finas ironías usadas durante el debate. Lula, de quien se sabe que fue marxista, y que en ninguna de sus biografías oficiales habla de cualquier apego a la religión, acabó con un «que Dios ilumine a los electores». Garotinnho también recurrió a Dios, pero en su caso es habitual por su condición de activo miembro de la Iglesia Pentecostés. Serra hizo lo mismo y pidió una bendición para Brasil, pero Gomes prefirió agradecer a su compañera, a su madre y a sus dos hijos. Para Serra, lo importante por encima de las rivalidades es que cuatro adversarios de extracción popular estuvieron por vez primera disputando la presidencia de Brasil y juntos en «un debate democrático». El domingo, además de un presidente, los brasileños renovarán la Cámara de Diputados, los dos tercios del Senado, las 27 gobernaciones y las asambleas legislativas regionales. Todas las previsiones indican que, gane quien gane, el próximo presidente de Brasil gobernará en franca minoría parlamentaria, por lo que desde el empresariado, sobre todo, se han levantado voces instando a alianzas que garanticen la gobernabilidad.

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