Sangriento atentado en una comisaría de la ciudad de Grozni

Un atentado en una comisaría de Grozni, capital de Chechenia, causó al menos 25 policías muertos y alimentó ayer las sospechas de que los rebeldes tengan «topos» en la cúpula de poder de la república separatista rusa. Los equipos de rescate habían recuperado ayer por la mañana quince cadáveres de las ruinas de la comisaría del distrito de Zavodskói, donde el jueves estalló un potente artefacto. Otros policías murieron después en un hospital de Grozni, donde fueron ingresados numerosos agentes gravemente heridos a consecuencia del atentado. Según fuentes del Ministerio de Rusia de Emergencia, bajo los escombros del edificio de cuatro plantas pueden encontrarse todavía varias personas. «Hemos hallado pruebas materiales de que se trató de un artefacto explosivo», dijo el fiscal de Chechenia, Nikolái Kostiuchenko, quien precisó que la bomba había sido colocada en la tercera planta de la comisaría. La explosión se produjo en el despacho del jefe de la comisaría cuando éste celebraba una reunión con el personal. «La bomba sólo pudo colocarla uno de los policías», manifestó Kostiuchenko, quien recalcó que las medidas de seguridad que se observan en los recintos policiales excluyen totalmente el acceso de extraños. «La culpa por la explosión en la comisaría la tienen los policías», afirmó el jefe de la Administración provisional implantada por el Kremlin en Chechenia, Ajmad Kadírov, quien no vaciló en utilizar la palabra «traición» para calificar lo ocurrido. También reveló que fueron detenidos varios policías chechenes, algunos de ellos de alta graduación, por sus vínculos con la guerrilla separatista. Varios agentes habían sido despedidos de la co isaría bajo la sospecha de colaborar con secesionistas islámicos, pero más tarde, «inexplicablemente», fueron reincorporados al cuerpo policial.