Treinta muertos por el fuerte temporal que azota el norte y centro de Europa

Cerca de treinta personas han muerto a consecuencia del temporal que sacudió este fin de semana el norte y el oeste de Europa, con ráfagas de viento huracanado de más de 150 kilómetros por hora. Las autoridades de los países más afectados, como Alemania y el Reino Unido, trataban ayer de evaluar los cuantiosos daños materiales causados por el temporal, mientras los operarios se afanaban por retirar de carreteras y vías de ferrocarril los árboles y escombros arrastrados por los vientos. El país más afectado ha sido Alemania, donde diez personas murieron en accidentes causados en la mayoría de los casos por la caída de árboles sobre sus coches o por el desprendimiento de tejas. La tormenta ha perdido fuerza en Alemania, salvo en las costas del mar Báltico y en algunas zonas del este del país, donde los servicios meteorológicos preveían que los vientos no amainarían hasta esta tarde. El tráfico aéreo y ferroviario sufrió considerables retrasos y también en las autopistas hubo fuertes atascos a causa del vendaval. En el Reino Unido, el temporal causó la muerte de al menos siete personas, entre ellas tres niños, que en su mayoría fueron golpeadas por árboles, según los servicios de emergencia británicos. El temporal, con vendavales de 150 kilómetros por hora y lluvias localizadas, afectó a los servicios eléctricos y de transporte de gran parte del Reino Unido e Irlanda, donde más de 30.000 hogares se quedaron sin electricidad durante varias horas. La aerolínea British Airways canceló el domingo 39 vuelos que debían partir de los aeropuertos de Gatwick y Heathrow, en Londres, a causa del temporal, y otros medios de transporte de buena parte del país suspendieron sus servicios. El temporal de vientos huracanados causó la muerte en Francia de cuatro personas y heridas a otras tres, así como numerosos daños materiales y perturbaciones en los transportes. Las ráfagas de hasta 140 kilómetros por hora que barrieron el litoral de la Mancha tumbaron árboles, desprendieron tejados y provocaron numerosos cortes de electricidad. La costa sur de Holanda también sufrió los azotes del temporal, que se cobró en este país la vida de cuatro personas y causó importantes daños materiales. El alto nivel de las aguas del mar obligó a cerrar las compuertas de los diques de Zeeland. A su paso por Polonia, los vientos huracanados causaron tres muertos y cuantiosos daños materiales, por lo que los bomberos se vieron obligados a efectuar más de 1.200 intervenciones.