Biden: «La Otan defenderá de Putin cada pulgada de su territorio»
El presidente ruso dice que está «deseando» reunirse con Xi durante un encuentro en Moscú con el jefe de la diplomacia china

Biden ayer en Varsovia con los Nueve de Bucarest, una alianza de nueve países en el flanco oriental de la Otan. MARCIN OBARA
A medida que se acerca la fecha del aniversario de la invasión rusa en Ucrania, se multiplican las demostraciones de poder y unidad por parte de ambos bandos. Mientras el ministro de Exteriores ruso, Sergey Lavrov, se reunía ayer con el principal diplomático de China, Wang Yi, para debatir una posible alianza entre los dos países, nueve líderes de la Otan —entre ellos el presidente estadounidense, Joe Biden— reafirmaban su apoyo a Kiev en Varsovia. «Rusia no se está preparando para la paz. Al contrario, se prepara para más guerra. Por ello, debemos ayudar a Ucrania con todo lo necesario para que resista y gane», defendió el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg.
El dirigente político de la Otan llamó a «plantarse» ante las palabras del presidente ruso, Vladímir Putin, quien ha prometido llevar hasta el final la ofensiva contra Ucrania. El Ejército ruso ya amenazó en el pasado la soberanía de otras regiones del este del continente: Georgia en 2008, Crimea y el Dombás en 2014... «No podemos permitir que Rusia siga socavando la seguridad europea. Debemos romper la espiral de agresión rusa y asegurarnos de que esto no vuelve a ocurrir», destacó Stoltenberg, quien llamó a redoblar el apoyo militar a Kiev y proveer al país de «lo que sea necesario.
El grupo de los Nueve de Bucarest —Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia, República Checa y Rumanía— y Biden destacaron su compromiso con Ucrania. Horas antes, tras su paso por la capital ucraniana, el presidente estadounidense calificó de «grave error» la decisión de Rusia de suspender su participación en el tratado de desarme nuclear Nuevo Start. El documento recogía el compromiso de Moscú y Washington para reducir su armamento nuclear para 2026. Biden destacó, además, la labor de los aliados del este, que constituyen «la línea de frente de nuestra defensa colectiva» y aseguró que el compromiso de Estados Unidos con la Otan «es claro» y que el país defenderá «cada pulgada de territorio aliado».
A pocos kilómetros de Varsovia, en la frontera con Polonia el Ejército bielorruso llevó a cabo ayer entrenamientos militares. Las autoridades del país, afines a Putin, consideran que la creciente presencia de la Otan en el este de Europa supone una «grave amenaza» para su seguridad y su soberanía. El ministro de Exteriores bielorruso, Sergei Aleinik, alertó de que las fuerzas aliadas se están desplegando en Polonia, Lituania y Letonia; y que se han empezado a construir vallas en la frontera con Bielorrusia.
Desde el inicio de la guerra, la Alianza Atlántica ha concentrado en el este del continente a la mayor parte de sus 40.000 militares. La amenaza rusa ha llevado a la organización militar a ampliar las tropas de respuesta rápida bajo su mando, de 40.000 a más de 300.000 efectivos, según la propia Otan. En Estonia y Lituania se mantiene la presencia de carros de combate y cazas; y buques aliados patrullan el mar Negro, en el que constituye el mayor refuerzo armamentístico desde el fin de la Guerra Fría.
Compras de munición Mientras, tras desbloquear el envío de tanques a Kiev, Ucrania insiste a los países aliados para que envíen aviones de combate y misiles de largo alcance para evitar los ataques aéreos rusos. Por el momento, Reino Unido se ha abierto a estudiar la entrega de cazas y la Unión Europea explora la posibilidad de llevar a cabo compras conjuntas de munición para apoyar al ejército ucraniano.
Esta iniciativa, propuesta por Estonia, quiere hacer llegar a Kiev proyectiles de artillería de 155 milímetros, muy demandados por su ejército. «Tendría un coste de cuatro millones de euros. Teniendo en cuenta la capacidad actual de la industria militar, podríamos satisfacer las necesidades de Ucrania en seis años, lo que es totalmente inaceptable», defendió el ministro de Exteriores estonio, Urmas Reinsalu.
La necesidad de impulsar la industria armamentística de la Otan es evidente «desde el año pasado», apunta su líder, Jens Stoltenberg. El envío de armas a Kiev ha dejado en evidencia la poca capacidad militar, los problemas para reponer los arsenales y la cantidad de equipos obsoletos. En ese sentido, Stoltenberg confía en alcanzar pronto un pacto para que los países destinen al menos un 2% de su PIB a gasto en Defensa.
China entra en escena
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró ayer que está «deseando» reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping, durante un encuentro en Moscú con el principal responsable de la diplomacia china, Wang Yi, en pleno aumento de la tensión por la invasión rusa de Ucrania.
«Por su puesto, estamos esperando la visita de Xi a Rusia, ya la hemos acordado previamente», dijo antes de manifestar que «entiende que hay una agenda a nivel nacional». «Daremos un empujón al desarrollo de nuestras relaciones bilaterales», ha aseverado, según informaciones de la agencia de noticias Interfax.
Sus palabras llegan un día después de que saliera a la luz que Xi prevé visitar Rusia para reunirse con Putin de cara a los próximos meses, posiblemente en abril o mayo. Además, Putin ha señalado que la relación con China «está alcanzando nuevas cotas».
Wang, que se reunió también con el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, y el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, puntualizó que Rusia y China «deben ser más flexibles a la hora de enfrentarse a las circunstancias internacionales».