Ucrania desestabiliza a Putin con ataques, sabotajes y contraofensiva
El Kremlin desmiente a la Inteligencia de EE UU y niega haber sufrido 20.000 bajas y 80.000 heridos
Los últimos ataques y sabotajes en territorio ruso y la anexionada península ucraniana de Crimea, y los anuncios de Ucrania de que el inicio de la contraofensiva ya sólo depende del liderazgo del país han aumentado el nerviosismo en Rusia a una semana del desfile militar en la plaza Roja del 9 de mayo.
«Somos conscientes de que el régimen de Kiev, que está detrás de una serie de ataques terroristas, planea continuar su línea. Todos nuestros servicios especiales hacen todo lo necesario para garantizar la seguridad. Hay un trabajo intenso en marcha», señaló ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Las autoridades rusas ya han cerrado la plaza Roja donde se celebrará el principal desfile con motivo de la victoria soviética sobre la Alemania nazi en 1945.
En los últimos días han aumentado los ataques y sabotajes en regiones rusas y Crimea.
Por motivos de seguridad los desfiles militares de Rusia en las regiones fronterizas de Kursk y Bélgorod, fronterizas con Ucrania, además de Crimea y Sebastopol fueron anulados, pero el Kremlin decidió mantener el de Moscú. Ante la falta de éxitos en el campo de batalla —una única victoria rusa desde julio de 2022, la de enero en Soledar— para el presidente ruso, Vladímir Putin, es esencial poder arengar a las tropas y tratar de mantener la unidad de los rusos. Todo ello aún cuando el jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, admite que la batalla por Bajmut, la única ofensiva de Rusia actualmente en el frente, se libra a cambio de un gran coste en vidas, cada día cerca de cien de media, según su propio recuento.
Rusia no ha dado cifras de sus soldados caídos desde septiembre pasado cuando informó de 5.937 caídos pero la Casa Blanca aseguró ayer que 20.000 soldados rusos han muerto en Ucrania desde diciembre, de los que la mitad de ellos eran mercenarios, y 80.000 han resultado heridos. Un Kremlin irritado afirmó ayer que estas cifras son «absolutamente inventadas».
Algunos rusos, incluidos los mercenarios, se preguntan si la contraofensiva ucraniana puede aguarles la fiesta del 9 de mayo.
Según el analista Borís Rozhin, «las operaciones ofensivas de las Fuerzas Armadas de Ucrania tendrán como objetivo estropear de alguna manera la celebración del 9 de mayo en Rusia».
El líder de Wagner espera que esa fecha no suponga aún el inicio de la ofensiva ucraniana.
«El Ejército ucraniano está listo para una contraofensiva. Se vio frenado por el mal tiempo y, quizás, por algunos problemas internos que necesitaba resolver. Quizás el 9 de mayo nos den un respiro, pero para el 15 (de mayo) la ofensiva será al 100 %», sostuvo Prigozhin.
EL KREMLIN SE PREPARA
El ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Réznikov, dijo la víspera que «todo está listo» y que ya solo depende del Estado Mayor General, del comandante en jefe, Volodímir Zelenski, y de su equipo determinar «cómo, dónde y cuando» lanzar la operación.
Según el portal independiente Meduza, el Kremlin ha preparado otro manual para sus propagandistas, en el que les pide que no subestimen en público la contraofensiva ucraniana en lo que es visto como una forma de preparar a la población ante eventuales éxitos de Kiev. Ayer Réznikov admitió a la agencia Interfax-Ukraine que «por supuesto nuestro éxito será de gran importancia para la continuidad del apoyo» de sus socios occidentales.