Ankara cierra la embajada en Bagdad y clausura su único paso fronterizo

Según dijeron fuentes diplomáticas en Bagdad, el embajador de Turquía, Otman Paksut, regresó ayer de improviso a su país tras informar del cierre de la cancillería al Ministerio iraquí de Asuntos Exteriores. La legación, situada en el barrio de Al Wasiriya, a una quincena de kilómetros al noreste del centro urbano de Bagdad, ha quedado por tiempo indefinido a cargo de un empleado local, que custodia las instalaciones. Esa misma medida habían tomado con anterioridad Estados Unidos, Gran Bretaña, España, y países como Filipinas, Yugoslavia y Chile, cuyo personal diplomático asimismo abandonó en su totalidad Bagdad. También el cuerpo diplomático ruso ha recibido la orden de comenzar a evacuar la capital iraquí, en una decisión cuya aplicación se iniciará, sin embargo, de manera progresiva y que aún no incluye el cierre de las representaciones de Moscú. De forma simultánea a la clausura de su embajada, Turquía asimismo cortó ayer sus accesos terrestres con Irak, lo que podría servir para preparar la entrada por los puestos fronterizos de fuerzas norteamericanas. Más de 60.000 soldados estadounidenses invadirían Irak desde el vecino país en caso de que, como se prevé, el Parlamento de Ankara apruebe hoy, jueves, el despliegue de tropas de EEUU en territorio turco. Ese contingente se sumaría a los al menos decenas de miles de guerrilleros del Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y de la Unión Patriótica (UPK) que operan en esa región, cuyo control escapa al régimen de Bagdad. Frente a esos preparativos bélicos, ayer hubo en Bagdad nuevas movilizaciones populares, con ejercicios organizados entre la población por el Partido Baaz, en el poder. Cientos de militantes del Baaz eran visibles en algunas esquinas de Bagdad vestidos con uniformes paramilitares y pertrechados con fusiles de asalto tipo «kalashnikov» y lanzagranadas, en lo que fuentes del partido baasista definieron como maniobras de entrenamiento de carácter preventivo.