Diario de León

Estados Unidos, Reino Unido y España intentan lograr el voto de cinco de los seis «indecisos» para sacar adelante su ultimátum a Sadam

Chirac y Schröder quieren acudir al Consejo de la ONU para llevar hasta el final su pulso a Bush

«Cuando se decide sobre la muerte o la vida, merece que sea hecho al máximo nivel de responsabilidad». De esta

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Agencias - PARÍS.
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El presidente francés, Jacques Chirac, podría ocupar el puesto de Francia en el Consejo de Seguridad en el momento de votar la resolución hispano-anglo-estadounidense y asumir la responsabilidad de vetarla si es necesario. Francia pretende con este gesto que la votación entre paz o guerra en Irak se haga al máximo nivel. La propuesta francesa de convertir la votación del martes en una auténtica cumbre de jefes de Estado ha molestado a Wahsington pero ha sido aplaudida por Alemania, que apoya la propuesta. Además del canciller alemán, Gerhard Schröder, el presidente ruso, Vladimir Putin, podría hacer el viaje con él a Nueva York. «Pase lo que pase, rechazaremos toda resolución que autorice la guerra», afirman fuentes del Elíseo, que no descartan la amenaza de un veto si Washington se hiciera con cinco de los seis votos indecisos que necesita en el Consejo de Seguridad para la adopción de su proyecto de resolución que da a Irak hasta el 17 de marzo para desarmarse. EE, UU,, el Reino Unido y España (los tres copatrocinadores del ultimátum) tienen garantizado, que se sepa, sólo el voto de Bulgaria. Necesitan cinco más de los seis aún sin decantarse: México, Chile, Pakistán, Angola, Camerún y Guinea-Conakry. El frente del rechazo a la guerra -integrado por Francia, Rusia, China, Alemania y Siria- debe asegurarse dos de los indecisos para frustrar el proyecto de ultimátum. Si no, haría falta que Francia, Rusia o China ejercieran su derecho de veto. Precisamente para tratar de evitar que EE. UU. se haga con el apoyo de los tres países africanos del Consejo, el ministro francés de Exteriores, Dominique de Villepin, emprendió ayer una gira relámpago a Angola, Camerún y Guinea-Conakry. La idea francesa de una cumbre para la votación crucial del Consejo de Seguridad defendida por París como una propuesta hecha «en un espíritu de conciliación, no de agresividad», parece una respuesta al reto de Bush que quiere forzar a los países a «mostrar su cartas» y revelar «de qué lado está cada uno». Francia, que defiende su visión de un mundo multipolar, quiere tratar de salvar la relevancia de la ONU y el multilateralismo, de cara a la gestión de las próximas crisis, como Corea del Norte. Así pués, la ONU afrontará a partir de hoy una semana clave para el futuro de Irak, y también para su propia supervivencia como árbitro mundial con la votación del proyecto de resolución que emplaza a Bagdad a desarmarse antes del 17 de marzo bajo la amenaza de guerra. Mientras los países que deben votar en la ONU trabajan en la vía diplomática, los preparativos militares continúan en la zona del Golfo Pérsico. Turquía, país vital para EE. UU. en caso de guerra, dio ayer un paso que puede allanar el camino militar a Washington. El hombre fuerte de Turquía Recep Tayib Erdogan fue elegido diputado en los comicios legislativos que se repitieron ayer en la ciudad de Siirt, lo que le abre el camino para convertirse en el nuevo primer ministro del país. Ello puede facilitar un rápido acuerdo para autorizar el paso de 60.000 soldados estadounidense por territorio turco para la intervención en Irak, que fue denegado por el Parlamento y supuso un grave contratiempo para los planes militares de Estados Unidos. Desde Bagdad, el Gobierno de Sadam Huseín afirmó ayer que intensificará su cooperación con los inspectores de desarme de la ONU pero advirtió de que Irak está preparado para defenderse si se produce la guerra. «Irak está preparado para todas las posibilidades», dijo el jefe del Departamento de Vigilancia iraquí, general Husam Mohamed Amin.

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