Diario de León

«Los alemanes son rubios, hipernacionalistas que comen spaghetti e invaden sus playas», dijo

Schröeder se niega a ir a Italia tras los insultos de un cargo italiano

El Parlamento europeo anunció que Berlusconi se ha disculpado por sus «comparaciones»

El presidente de la república italiana ha accedido a disculparse ante el ofendido alemán

El presidente de la república italiana ha accedido a disculparse ante el ofendido alemán

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Íñigo Domínguez - roma
León

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Los despachos de Roma y Berlín apenas habían terminado de salvar el incidente protagonizado por Berlusconi la semana pasada en el Parlamento europeo cuando se les ha abierto un nuevo frente. Nada menos que un subsecretario de Turismo, Stefano Stefani, de la Liga Norte de Umberto Bossi, escribió el pasado viernes un artículo que se puede calificar de poco diplomático. «Conocemos bien a estos alemanes», se titulaba, y los definía así: «Rubios estereotipados de orgullo hipernacionalista que comen nuestros spaghetti e invaden ruidosamente nuestras playas». El diario era La Padania, el periódico de la Liga Norte, donde son habituales este tipo de comentarios, referidos a los inmigrantes, extranjeros en general o a los propios italianos del río Po para abajo. Como se temía antes del semestre italiano, una cosa es estar acostumbrado a convivir en casa con este tipo de reflexiones políticas y otra distinta es dejarlas oír en Europa, porque la Liga Norte cuenta con tres ministros en el Gobierno de Berlusconi. En efecto, uno de «estos» alemanes, concretamente el canciller Gerhard Schröder, ha leído el artículo y no ha podido por menos que indignarse. Su portavoz ha anunciado que el primer ministro renunciará a sus vacaciones en la localidad italiana de Pesaro si las palabras de Stefani «no tienen consecuencias». Dos ministros, el de Exteriores, Franco Frattini, y el de Industria, Antonio Marzano, salieron de inmediato al paso para desautorizar a Stefani, sobre todo porque Italia recibe cada año 4 millones de turistas alemanes. El texto en cuestión consideraba que los alemanes son educados «para sentirse los primeros de la clase» y no pierden oportunidad de «asumir comportamientos maliciosos». En cuanto al famoso Schulz, el europarlamentario a quien Berlusconi comparó con un jefe de un campo de concentración nazi, el artículo le dedicaba un insulto elaborado: «Quizá ha crecido en concursos de eructos tras pantagruélicas ingestiones de cerveza y atracones de patatas». La amenaza de una nueva crisis diplomática llevó a Stefani incluso a convocar una rueda de prensa este martes por la tarde, aunque lo hizo más por obligación que por vocación. «No sé de qué tengo que pedir disculpas»,.

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