Gana la ONU

EL SECRETARIO general de la ONU, Kofi Annan, se apunta un tanto relevante al conseguir sentar en la misma mesa a los ministros de Asuntos Exteriores de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad. La ONU gana credibilidad internacional y demuestra que es el foro adecuado para que las relaciones internacionales discurran normalmente con claras reglas de juego. No hay que olvidar que las Naciones Unidas es lo que los países miembros quieren que sea, con el peso y la representatividad que ellos mismos le concedan y le financien. Ese valor lo entregan o lo retiran los cinco grandes con derecho de veto: EE. UU., Rusia, China, Gran Bretaña y Francia. Encima de la mesa van apareciendo distintas propuestas para la reforma de la ONU con un Consejo de Seguridad ampliado con nuevos miembros permanentes y un derecho de veto ponderado. La reforma de la ONU es una necesidad inaplazable tras la constatación de que las aventuras unilaterales no dan buenos resultados por muy 'única superpotencia' que se sea. Irak es el escenario que sirve para dilucidar cuestiones mucho más importantes como son las reglas que van a regir las relaciones internacionales. Estados Unidos necesita recurrir a la ONU a la que había despreciado con la intervención militar en Irak ya que no logra resolver la paz en esos países con estabilidad y seguridad. Aunque sí ha logrado una presencia geoestratégica en Asia que le permite el control de importantes recursos energéticos porque, además, su presencia militar se justificaría por la amenaza constante del terrorismo internacional. Pero necesita apoyo y legitimidad internacionales. La reunión de Ginebra tiene importancia en sí misma, por el mero hecho de celebrarse, aunque las posiciones norteamericana y francesa sobre Irak estén muy alejadas. Se negocian cuestiones mucho más importantes: cómo se va a regir el mundo y en qué condiciones. Los gestos tienen su importancia y las cesiones que los «perdedores» francés y ruso, con el apoyo alemán, van a exigir a Washington van a ser cuantiosas, tanto política como económicamente. Todos reconocen que es imprescindible recuperar el consenso para evitar un fortalecimiento del terrorismo internacional y conseguir la recuperación económica pendiente, entre otros grandes objetivos. Un paso muy significativo se ha dado con la advertencia del Consejo de Seguridad de la ONU a Israel, con el apoyo de EE. UU., contra la deportación de Yaser Arafat.