Diario de León

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Los radicales pasan a la ofensiva

En verano organizaron las manifestaciones que acabaron con el saqueo del Gobierno. Ahora parecen estar detrás de los ataques

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David Beriain - redacción
León

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Dijeron que tenía apenas 30 años, pero con la barba, las ropas de clérigo y todo un séquito de ayudantes a su alrededor, Fayed al Qazhir parecía mayor. El líder del islamismo radical chií en Diwaniya, la ciudad donde tiene su base el contigente español, se acercó con una lata de paté de cerdo. «Los norteamericanos se lo dan a las pacientes en el hospital. ¿Creen que somos idiotas? Quieren que lo comamos para ir en contra de nuestra religión. Si EE. UU. o los españoles siguen sin respetar el Islam, entonces tendremos que hacer lo que sea necesario. Luchar contra los enemigos del Islam», dijo al poco de iniciar la conversación. Aquello fue a mediados de agosto, en las semanas más convulsas que ha vivido Diwaniya en toda la posguerra. Entonces, dos manifestaciones acabaron con once heridos de bala y el saqueo del edificio del Gobierno e hicieron pensar lo peor a unas tropas españolas que iban a hacerse cargo de la situación quince días después. Afortunadamente Al Qazhir no terminó de cumplir sus amenazas. Ahora las cosas parecen estar cambiando. Tres ataques con explosivos contra los cines de Diwaniya, una bomba casera encontrada en los lindes de la base española y el asesinato a tiros del delegado de Educación han roto en los últimos días la paz de la que era una de las provincias más tranquilas de Irak. En Diwaniya las fuentes locales consultadas apuntan a la gente de Al Qazhir como autora de estos ataques. Las acciones llevan el sello de su puritanismo religioso. Los cines proyectaban películas que los clérigos pueden considerar no aptas para musulmanes y la bomba casera estaba en realidad más cerca de un puesto de bebidas alcohólicas que de la base española. Al Qazhir es el hombre en Diwaniya del clérigo rebelde Moqtada al Sadr, el líder chií más crítico con la ocupación, y de sus milicias. Frente al colaboracionismo o las suaves críticas de los otros ayatolás, Al Sadr llegó a proponer incluso la formación de un gobierno paralelo a la Autoridad Provisional norteamericana. Según las fuentes consultadas, la ola de ataques, puede tener el objetivo de imponerse a las otras facciones religiosas y políticas de la provincia: al cuestionado gobernador Hazem al Salam o incluso las del partido islámico Al Dawa, más moderado que Al Qazhir. Pese a todo esto, el contigente español se mantiene al margen de esta ola de violencia que ya se ha cobrado la vida de un miembro del Gobierno y ha dejado una veintena de heridos.

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