Temor a la amenaza química en EE.UU.

Las autoridades estadounidenses barajan la posibilidad de que Al Qaída quiera utilizar aviones comerciales para diseminar agentes químicos o biológicos, razón que llevó a cancelar durante el fin de semana seis vuelos procedentes de Europa. El diario The Washington Post informó ayer de que el uso de este tipo de armas en aviones sería una nueva táctica para atacar Estados Unidos por parte de la organización que dirige Osama Bin Laden, a la que se atribuyen los atentados del 11 de septiembre de 2001. Más de 3.000 personas murieron aquel día cuando los terroristas estrellaron cuatro aviones en Nueva York, Washington y Pensilvania. Cinco vuelos de British Airways y de Air France con destino a Washington y Miami fueron cancelados el sábado por razones de seguridad, a lo que se sumó posteriormente la suspensión, por primera vez, de un vuelo de una aerolínea estadounidense. El vuelo 17 de la compañía Continental Airlines, que realiza la ruta entre Glasgow y Los Angeles, con escala en Newark (Nueva Jersey), no despegó del Reino Unido porque no consiguió la preceptiva autorización del Departamento de Seguridad Nacional. El portavoz de este Departamento, Brian Roehrkasse, dijo que «seguimos estando preocupados por el deseo de Al Qaida de utilizar aviones, especialmente aviones de compañías de otros países». No obstante, el Gobierno no aumentó el nivel de alerta ante el riesgo de atentados, como hizo poco antes de las fiestas de Nochebuena y Navidad, cuando se suspendieron una decena de vuelos por los indicios de posibles actividades terroristas. El nivel de alerta «naranja», el segundo más elevado en una escala de cinco, estuvo en vigor hasta el pasado 9 de enero, y en esas fechas varios aviones comerciales con destino en aeropuertos de EEUU fueron escoltados en su tramo final por cazabombarderos. Fuentes oficiales afirmaron a la cadena de televisión CNN de que, al igual que ocurrió hace un mes, las medidas de precaución fueron adoptadas por los Gobiernos de Londres y París tras ser informados de los nuevos datos recabados por el espionaje.