Diario de León

Los milicianos fieles al clérigo Al Sadr se extienden por el sur del país abriendo nuevos frentes

EE.UU. insta a los civiles de Nayaf a que abandonen la ciudad

Los norteamericanos amenazan: «no va a haber tregua ni negoción con terroristas»

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agencias | bagdad
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El Ejército de EE.UU. pidió ayer a la población que evacúe sin perder tiempo Nayaf, el principal foco de la insurrección chií que se extiende por el sur de Irak de la mano del clérigo radical Muqtada Al Sadr. El llamamiento a la evacuación llegó después de que las fuerzas estadounidenses recibieran autorización del gobernador de Nayaf, Adnan Al Zurufi, para penetrar hasta la plaza en la que está situada la mezquita del Imán Ali, el centro neurálgico de los insurrectos. «También estamos diciendo a las fuerzas enemigas de los iraquíes que abandonen la ciudad de forma pacífica, o de lo contrario su destino será la muerte», dijo el portavoz de la operación militar, coronel Anthoni Haslam. A raíz de la dificultad para conseguir alimentos y otras necesidades básicas, la gente comenzó el pasado fin de semana a abandonar de temporalmente sus hogares en la ciudad santa chií, situada a unos 200 kilómetros de la capital iraquí. En vehículos «Humvee», los soldados recorrieron las calles solicitando a los ciudadanos, mediante megáfonos, su cooperación con las fuerzas de seguridad iraquíes, a las vez que los avisaban de que «no va a haber tregua o negociaciones con terroristas» Sexto día de enfrentamientos Las tropas de EE.UU. combatieron por sexto día consecutivo contra los rebeldes en el enorme cementerio de Wadi Al Salam, en cuyas catacumbas y mausoleos, los marines descubrieron armas y municiones. Por su parte, el portavoz político del clérigo rebelde, Ali Al Yassiri, efectuó por medio de la emisora local chií un llamamiento en el que pidió a las organizaciones islámicas internacionales, ayuda humanitaria y asistencia para proteger la ciudad santa de Nayaf. El mando militar de estadounidense calcula que unos dos mil milicianos, armados con lanzagranadas y fusiles ametralladores, han buscado refugio en zonas del camposanto, y en la mezquita de Ali ben Taleb. Según el cálculo de la jefatura militar de Estados Unidos, 360 milicianos han muerto en Nayaf desde que el pasado 5 de agosto estallaron los combates, en los que además han perdido la vida cinco soldados estadounidenses y veinte miembros de la policía iraquí. Los otros frentes abiertos En Diwaniya, a unos 180 kilómetros al sur de Bagdad, al menos cinco personas murieron y otras 45 resultaron heridas durante los enfrentamientos librados el martes entre la milicia chií y la Policía iraquí, apoyada por unidades de la fuerza multinacional. Los enfrentamientos estallaron al día siguiente de que milicianos leales al clérigo rodearan la comisaria de Policía de esa localidad, en represalia por la detención de algunos de sus correligionarios. Cerca de la ciudad de Basora, al sur del país, tres milicianos chiíes murieron en un tiroteo con soldados daneses, y que tuvo lugar al día siguiente de que, en esa misma zona, un soldado británico fuera abatido a tiros por insurrectos. En la localidad de Samawa, a unos 270 kilómetros al sureste de Bagdad, la base de las tropas japonesas que forman parte de la fuerza multinacional fue atacada con morteros. También se registraron enfrentamientos entre milicianos chiíes y las fuerzas de seguridad iraquíes en el arrabal de Ciudad Sadr, al noreste de Bagdad y donde, desde el pasado lunes, está en vigor el toque de queda de los estadounidenses y el de los propios milicianos. «Si las milicias rebeldes no abandonan Nayaf de forma pacífica su destino será la muerte» ANTHONI HASLAM Portavoz militar estadounidense

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