La CIA reconoce que Irak es tras la guerra un paraíso para los terroristas

La invasión de Irak ha convertido al país árabe en una perfecta base para las organizaciones terroristas, que lejos de debilitarse campan a sus anchas. Así de contundente es un informe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) filtrado ayer por The Washington Post , una prueba más de la mala planificación diseñada por el Pentágono en Irak. El informe del Consejo Nacio-nal de Inteligencia, dependiente de la CIA, es demoledor y echa por tierra las optimistas afirma-ciones del presidente George W. Bush sobre el futuro del país y la victoria lenta pero segura en la guerra contra el terrorismo. En el análisis de 119 páginas, los más de 1.000 expertos que han participado en su elaboración concluyen que la invasión estadounidense ha ofrecido una nueva sede para los grupos extremistas islámicos, muchos de los cuales tuvieron que huir de Afganistán tras el derrocamiento del régimen talibán. «Irak ofrece a los terroristas un campo de entrenamiento, de reclutamiento, la oportunidad para mejorar sus habilidades técnicas», escribe en el informe David B. Low, el responsable de inteligencia nacional para amenazas internacionales. Según Low, los terroristas tienen ahora una «hogar» al que regresar, haciendo de la guerra causa común en el mundo árabe. Futuro De cara al futuro, el escenario podría empeorar. Los expertos pronostican que para el 2020 los grupos terroristas islamistas se habrán multiplicado y se descentralizarán, gracias al uso de Internet. Al Qaida, el actual objetivo número uno de la Administración Bush, se verá superada por otras organizaciones emergentes y que han surgido tras la invasión. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, calificó el informe de «especulativo» y dijo que demuestra que «tenemos la estrategia adecuada». Bush reconoció por primera vez que su forma de expresarse le ha jugado malas pasadas. Así, admitió que se equivocó cuando soltó en tono desafiante «que vengan», en alusión a los rebeldes iraquíes, en julio del 2003, dos meses después de haber declarado el fin oficial de «los combates». Muchos vieron una incitación para que los insurgentes atacaran a las tropas.