El partido del Gobierno francés da el referéndum por perdido

El desánimo cunde entre los defensores del sí, especialmente entre el gobierno y el partido que le sustenta, la UMP, que empiezan a plantearse las salida a la crisis de una derrota. El primer ministro quemó ayer sus últimos cartuchos, desoyendo los consejos de mantenerse al margen de la campaña para no empeorar. Los nervios estallaron en el palacio de Matignon, en el desayuno de trabajo semanal que el primer ministro mantiene regularmente con el presidente y varios cuadros del partido. Tras una intervención en la que Raffarin llamó a los suyos a no caer en el fatalismo por las negras previsiones de las encuestas sobre el referéndum., Nicolás Sarkozy respondió airado : «hace tiempo que está perdido». El primer ministro reconoció entonces que «en vista de las circunstancias conviene afrontar la victoria del no y sobre todo sus consecuencias». Sarkozy volvió a intervenir para exigir airado un cambio «en nuestra forma de hacer política». Poco antes en la cadena de telecvisión LCI, Jean-Pierre Raffarin desvinculó su permanencia en el cargo del resultado de la consulta pero deslizó que «sea quien sea el primer ministro su prioridad será la lucha contra el paro». Con los temas sociales en el corazón del debate constitucional y haciendo balance, Jean-Pierre Raffarin aseguró ayer que no tiene nada que reprocharse. Los sondeos le sitúan en el pozo de la impopularidad: sólo un 21% de los franceses le conceden el aprobado.