Al menos seis muertos cierran en Afganistán una campaña marcada por el terror

A tres días de los comicios en Afganistán, la violencia ha vuelto a manifestarse en este país destruido por odios encarnizados y décadas de guerra, con otros seis muertos, un ataque a una candidata y el secuestro de dos periodistas. La organización Human Right Watch denunció ayer que las elecciones van a celebrarse en un «clima de miedo», especialmente en las zonas rurales más apartadas. Los ultraintegristas talibanes han declarado la guerra a las primeras elecciones legislativas democráticas en Afganistán, previstas para este domingo, que serán vigiladas por más de 80.000 agentes para garantizar la seguridad. El gobernador de Uruzgan (centro de Afganistán), Jan Mohammed Khan, dijo ayer que tres insurgentes y tres civiles murieron en dos incidentes de violencia ocurridos el pasado miércoles. También el miércoles una mujer candidata a la Wolesi Jirga (Cámara Baja) recibió tres tiros de supuestos talibanes, que además secuestraron a sus tres acompañantes, entre ellos dos periodistas, en la provincia de Nuristán (noreste de Afganistán). Francotiradores en el Isaf Con francotiradores apostados en lo alto de los complejos de la ONU y la Isaf, Afganistán cierró ayer la campaña electoral de los comicios de este domingo redoblando la seguridad y con un mayor número de patrullas y controles en las calles de Kabul. La campaña para las elecciones legislativas afganas del día 18 concluye como empezó: con más violencia e intimidaciones a los candidatos, más medidas de seguridad y una cierta indiferencia de parte de la población, un 70 por ciento de ella analfabeta. «Creo que no tienen tanto interés como las elecciones presidenciales del pasado año», dijo ayer un vendedor de teléfonos móviles en el centro de la capital afgana. Por otra parte, Pakistán ha sellado su frontera con Afganistán y paralizado la repatriación de refugiados afganos para tratar de impedir el paso de terroristas ante la celebraciónde las elecciones legislativas en el país vecino. Unos 80.000 militares paquistaníes custodian la frontera para evitar que supuestos miembros de Al Qaida y talibanes entren desde su territorio en suelo afgano y traten de atentar durante los comicios.