Bachelet será la primera presidenta de Chile pero necesitará una segunda vuelta

La candidata de la Concertación, la socialista Michelle Bachelet, fue la más votada en las elecciones presidenciales que se celebraron ayer en Chile. No obstante, Bachelet necesitará una segunda vuelta para convertirse en la primera mujer presidenta del país, ya que no alcanzó la mayoría absoluta de los votos requeridos para evitar ese trance. La socialista cuenta con el respaldo del presidente Ricardo Lagos, quien no puede presentarse a la reelección por imperativo constitucional. Aunque a la hora de cerrar esta edición aún no había resultados oficiales definitivos, los sondeos daban una amplia horquilla favorable a Bachelet que se movía entre el 38% y el 47% de los sufragios. A esta hora, también se mantiene la incógnita de quién será el candidato de la derecha que enfrentará a Bachelet en la segunda vuelta, a celebrar el 15 de enero. Tanto el centroderechista Sebastián Piñera, como el pinochetista Joaquín Lavín, se movían en una horquilla de votos que iba del 17% al 25%, siempre según los sondeos. Por su parte, Tomás Hirsch, el candidato del pacto Juntos Podemos Más, que agrupa a comunistas y humanistas, habría obtenido los mejores resultados de la recuperada democracia para la izquierda extraparlamentaria, con un apoyo que se movía entre el 7% y el 10% de los votos. Unos sufragios que, sin duda, serán imprescindibles para que Bachelet pueda alcanzar la presidencia. No se registraron incidentes de consideración, más allá de abucheos y pequeños intentos de agresión hacia algunos candidatos de la derecha al parlamento, que también se elegía ayer. Concretamente, se renovaba la mitad del Senado y la totalidad de la Cámara de Diputados. No obstante, no se prevén muchas sorpresas en el legislativo, ya que el antidemocrático sistema binominal, ideado por Pinochet y aún vigente, consagra que Concertación y Alianza se repartan los escaños casi aritméticamente a partes iguales. En Chile el voto es obligatorio para aquellos que se inscriben voluntariamente en el censo electoral, con multas para quienes no acuden a sufragar. Por ello, el abstencionismo es tradicionalmente bajo. En estas elecciones se ha batido el récord histórico de electores llamados a las urnas, con más de 8,2 millones de chilenos inscritos.