Diario de León

«El último cuarto de hora»

El envío del expediente iraní al Consejo de Seguridad es un modo de reforzar al OIEA

Publicado por
Enrique Vázquez - madrid
León

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¿Qué sucederá mañana en Teherán cuando el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) decida en Viena enviar al Consejo de Seguridad, «para su conocimiento», el dosier nuclear iraní? La posibilidad de que la reacción iraní sea moderada depende de cómo se interprete lo acordado por los cinco grandes el pasado lunes en Londres: técnicamente no es todavía el envío del expediente al Consejo para examinar eventuales sanciones, sino un modo de involucrar al órgano de Naciones Unidas para reforzar al organismo y, en todo caso, nada será oficial hasta que el OIEA celebre su sesión ordinaria de primavera, porque la de este jueves es extraordinaria. Los dos matices sugieren que se ha producido, en realidad, la clásica «compra de tiempo» como querían Moscú y Pekín para ver de encontrar un acuerdo «in extremis» con la fórmula rusa de crear una compañía multinacional con base en Rusia y presencia de terceros (China con toda probabilidad, pero tal vez también Kazajistán y Uzbekistán) para producir el combustible nuclear necesario para hacer funcionar las centrales. En este ambiente febril se supo el lunes que Teherán ha hecho un gesto con el organismo entregando a sus inspectores documentos sobre cabezas nucleares y que, a cambio, la organización ha dado a Teherán información clasificada norteamericana sobre los aparentes intentos iraníes de obtener armas atómicas. El trato, sin confirmar del todo, es confuso todavía, pero sugiere un movimiento destinado a mejorar el ambiente. Como reconocía James Traub el do-mingo en The New York Times , lo malo del Tratado de No Proliferación es que reconoce el «derecho inalienable» de sus miembros a obtener combustible nuclear, aunque el procedimiento esté bajo control del OIEA y que, por tanto, la solución general, para el caso iraní y otros que eventualmente puedan presentarse, es cambiarlo, lo que es poco menos que imposible. El Parlamento iraní, para complicarlo todo, votó en su día una resolución que obliga al Gobierno a prescindir del Organismo Internacional de Energía Atómica y seguir adelante con su programa atómico si el asunto era enviado al Consejo de Seguridad. Técnicamente, tal cosa no ocurrirá mañana y el preámbulo del envío formal a Naciones Unidas aún da un margen mínimo para un compromiso. Se vive el célebre «último cuarto de hora» que ha consagrado la jerga diplomática francesa.

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