Diario de León

TUVO QUE HUIR Y FUE EXILIADO DE LUJO EN PARÍS NI EMPLEO, NI EDUCACIÓN, NI SANIDAD AUNQUE SÍ CORRUPCIÓN

Lima pide a la OEA que actúe ante las «intromisiones» de Hugo Chávez Peruanos arruinados en un país violento Máxima pobreza en un Perú que genera riqueza

Alan García celebra su victoria electoral desde el balcón de su oficina de campaña en Lima

Alan García celebra su victoria electoral desde el balcón de su oficina de campaña en Lima

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afp | santo domingo
León

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El ministro de Exteriores peruano, Óscar Maúrtua, pi-dió ayer ante la 36 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), reunida en Santo Domingo, que se pronuncie ante «la reiterada práctica intervencionista de Venezuela» en su país, lo que calificó de «repudiable». «La OEA no puede mostrarse indiferente», dijo. Maúrtua manifestó el profundo rechazo del Gobierno y del pueblo peruano, por las intromisiones de Hugo Chávez en el proceso electoral de su país. También expresó su protesta por las «expresiones agraviantes» de éste contra el presidente saliente, Alejandro Toledo, y el electo, Alan García. Su homólogo venezolano, Alí Rodríguez, avanzó que su país no tiene nada de que defenderse, porque lo único que ha hecho Chávez ha sido responder a los ataques «sistemáticos» del ahora presidente electo. Durante la campaña, Chávez advirtió de que su país rompería relaciones diplomáticas con Perú si, como finalmente ha ocurrido, García conseguía imponerse a Humala. Alan García, quien entres los años 1985 y 1990 se decía el presidente de los pobres, dejó un país con una economía en estado desastroso y con unas tasas de inflación -7.600% cuando dejó el poder- que evaporaron literalmente el poder adquisitivo de los peruanos, excepto de los ricos establecidos en Miami. Todavía son muchos los que le siguen llamando «caballo loco», por esa catástrofe económica de su primer mandato, que coincidió con el apogeo de la violencia de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso. Este licenciado en Derecho en Lima, doctorado en Madrid y que amplió estudios en La Sorbona, regresó a Perú en 1978 e integró la Asamblea Constituyente que redactó la Carta Magna de 1979. Tras convertirse en presidente en 1985 con 36 años, vivió dos de idilio con el pueblo, con medidas como la suspensión del pago de la deuda exterior, el rechazo a los organismos multilaterales, la reducción de gastos militares y la limitación de las importaciones. El punto de inflexión llegó en 1987 cuando intentó nacionalizar la banca, lo que generó una oleada de protestas lideradas por Vargas Llosa. Una de las acciones más cuestionadas de su Gobierno fue la matanza de más de 250 presos en tres cárceles de Lima, en 1986, como respuesta a un motín de supuestos terroristas. Terminó su gestión totalmente desprestigiado. Tras los comicios que en 1990 ganó Alberto Fujimori, fue nombrado senador vitalicio, pero poco después fue acusado de enriquecimiento ilícito y se le responsabilizó de la matanza en las cárceles. En 1992, tras el autogolpe de Fujimori, huyó de la policía por el tejado de la casa de un amigo, algo más propio de una película, pasó a la clandestinidad y partió al exilio a Colombia y Francia, donde vivió en los mejores barrios mientras los peruanos no tenían ni alimentos para comprar. El Supremo declaró en el 2001 prescritos los delitos, y pudo regresar. Alan García no tendrá tiempo para disfrutar del triunfo en las urnas. La generación de empleo, la redistribución de la riqueza, reformas en educación y salud, y la lucha contra la corrupción son los principales retos que deberá atender. El centroizquierdista García recibirá un país, por una parte, con estabilidad macroeconómica: un crecimiento anual del 5%, una inflación de 1,5 y exportaciones que alcanzaron los 17.000 millones de dólares, pero a la vez, con índices de pobreza de más de un 50%, una pobreza extrema de un 20% y un nivel de subempleo que alcanza a más de la mitad de la población económicamente activa. Además, hereda un deficiente sistema educativo que redujo la calidad de la enseñanza pública que cubre a la mayoría de los peruanos y que recibió el tiro de gracia con una comparativa inter-nacional que arrojó que el 80% de la muestra de niños peruanos que participaron no entendieron lo que leyeron. En el sector salud urge una inversión en equipamiento e infraestructura hospitalaria, garantizar el accesos a los más pobres y mejorar los sueldos de los profesionales. Para el sociológo Carlos Reyna, el próximo Gobierno debe tener un ministro de Economía con gran espíritu de justicia social, que no sólo defienda la estabilidad económica, sino también la del pueblo. «El reto es la lucha contra la corrupción que nos ha conducido a la situación en que estamos», opina el historiador Manuel Burga. La política internacional también es esencial: con Chile está pendiente la delimitación marítima, las tensas relacio-nes con Venezuela podrían agudizarse -Chávez anunció que rompería relaciones si ganaba García-, queda por definir el impulso que se dará a la Comunidad Andina de Naciones, y el Tratado de Libre Comercio firmado con EE.UU. está pendiente de ser ratificado por el Congreso.

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