Diario de León

Annan anuncia una reunión el lunes en la que se concretarán los detalles de ese contingente

Bush y Blair piden una fuerza para el Líbano, pero no el alto el fuego

El coordinador humanitario de la ONU exige una tregua de 72 horas para repartir ayuda

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Óscar Santamaría - corresponsal | nueva york
León

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El presidente estadounidense, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, se mostraron ayer a favor del despliegue de una fuerza multinacional en la región, como primer paso para zanjar la crisis del Líbano. A pesar de lo que los analistas habían anticipado en consonancia con el deseo de la mayoría de los británicos, según una reciente encuesta, Blair no se distanció bruscamente de Bush al no pronunciarse por un alto el fuego inmediato, como se creía que podría hacer. Al contrario, se expresó con términos muy parecidos a los del republicano. Los dos líderes se mostraron a favor de que el Consejo de Seguridad de la ONU pida el «cese de hostilidades lo antes posible», pero matizaron que eso no puede significar la vuelta al statu quo anterior. En rueda de prensa en la Casa Blanca, Bush y Blair eludieron condenar o criticar la ofensiva militar lanzada por Israel e insistieron en situar a la milicia Hezbolá como «la raíz del problema». El mandatario estadounidense anunció que la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, de viaje por Asia, volverá a Oriente Medio hoy para apuntalar con israelíes y libaneses los mínimos sobre los que se basaría la resolución. Dudas sobre la viabilidad Existen muchas dudas sobre cómo recibirán las dos partes del conflicto este plan. Israel se ha mostrado a favor de una fuerza internacional para el sur del Líbano, pero también parece querer tiempo para proseguir su ofensiva. Hezbolá ha rechazado cualquier plan que no pase por un intercambio de prisioneros y menos por uno que instale tropas internacionales en su santuario del sur del Líbano. «Estamos de acuerdo en que una fuerza multinacional acelerará la entrega de ayuda humanitaria, facilitará el regreso de los desplazados y apoyará al Gobierno libanés para lograr la total soberanía sobre su territorio y proteger sus fronteras», en línea con la resolución del Consejo 1559 aprobada hace dos años. Bush señaló que su despliegue debe ser «lo antes posible» pero indicó que su composición, ta-maño y mandato son aspectos que deberán ser discutidos en los próximos días. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, anunció que el lunes se celebrará una reunión para concretar los detalles de esa fuerza. Washington y Londres volvieron a poner condiciones al alto el fuego insistiendo en que lo más importante es encontrar una solución duradera al conflicto. «Nada funcionará a menos que fijemos las medidas para prevenir que no ocurra de nuevo», afirmó Blair. Al igual que Bush, puso la pelota en el tejado de Siria e Irán, a los que volvieron a acusar de financiar a Hezbolá. Así, señaló que ambos países deben elegir entre «ser miembros responsables de la comunidad internacional» o «enfrentar el riesgo del aumento de la confrontación». Al mismo tiempo que ambos hablaban en la Casa Blanca, el coordinador de Ayuda Humanitaria de la ONU, Jan Egeland, pidió una «tregua humanitaria» de 72 horas para evacuar a los más necesitados, atrapados en el sur del Líbano. Por otra parte, y resumiendo el sentir de muchos gobiernos árabes, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, señaló en la revista Time que la respuesta de Estados Unidos a la crisis ha sido «muy floja y muy tarde».

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