Bush forzó a Blair a cesar a un ministro por no apoyar un ataque a Irán

Cuando Jack Straw fue reemplazado por Margaret Beckett como ministra de exteriores parecía algo inexplicable. Straw había sido muy correcto, había mostrado experiencia, seriedad, moderación y siempre se mostraba bien informado. Beckett por el contrario no tenía experiencia. Investigué en Washington y me dijeron que Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa, se había molestado por el comentario de Straw cuando éste dijo que sería una locura bombardear Irán. Me dijeron que EE.UU. presionó al primer ministro Tony Blair, para que éste cambiara de ministro de exteriores. Straw fue cesado por requerimiento de la administración Bush, en particular por presiones del Pentágono». De esta manera comienza su artículo en The Times el veterano periodista inglés, ex director de este rotativo y actual miembro de la cámara de los lores, William Rees-Mogg. El cese ocurrió en mayo, a las cuatro semanas de que Straw y la secretaria norteamericana de estado, Condoleezza Rice, realizaran una visita a Blackburn, circunscripción de Straw. La impresión tras ese viaje fue que ambos políticos habían encajado (Rice calificó a Straw de competitivo y eficaz). Por eso, según el periodista Irwin Stelzer, de la revista The Spectator , sorprende que Rice no interviniera a favor de su homólogo británico, en especial cuando era Rumsfeld, que lidera la línea dura de Washington opuesta a los planteamientos más moderados de Rice, quien pidió la cabeza de Straw. Pero tanto Stelzer como ReesMogg coinciden que la suerte de Straw ya estaba echada incluso si Rice hubiera intervenido en su favor. Su oposición manifiesta a la política estadounidense en Oriente Medio era algo que la administración Bush no iba a tolerar. En Washington temían que Straw se hubiera desligado de la política pro estadounidense de Blair por la presión del amplio sector musulmán en su circunscripción electoral. Alrededor del 20 por ciento del electorado en esta circunscripción es de origen musulmán. Washington sabía que una intervención israelí en el Líbano hubiera sido rechazada por Straw. Blair habría apoyado a Washington y Straw habría presentado su dimisión. En su nuevo papel de líder laborista en la Cámara de los Comunes, Straw acusó a Bush y a Blair de «partidismo» por suministrar armas a Israel y exigir que Irán y Siria suspendan sus envíos a Hezbolá.