Diario de León

El primer ministro advierte de que no cederá ante las voces que piden su dimisión

La segunda noche de disturbios en Budapest se salda con 69 heridos

Los manifestantes forman una plataforma que reivindica volver a la revolución del 56

Los radicales -ultras y seguidores de clubes de fútbol- volvieron a reventar las manisfestaciones

Los radicales -ultras y seguidores de clubes de fútbol- volvieron a reventar las manisfestaciones

Publicado por
Marcelo Nagy
León

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Cuatro policías en estado grave, entre un total de 69 heridos, es el resultado de la segunda noche de enfrentamientos entre grupos de incontrolados y las fuerzas de seguridad húngaras en Budapest. La tercera jornada de protesta contra el primer ministro, Ferenc Gyurcsány, reunió a unas diez mil personas en una manifestación pacífica, pero sobre medianoche un grupo de radicales volvió a recurrir a la violencia y al vandalismo sin hacer reivindicaciones políticas. Pese a que muchos de los oradores que tomaron la palabra en el escenario montado en la plaza Kossuth, frente al Parlamento, pidieron que no se repitiesen los desórdenes de la noche anterior, unos 500 incontrolados trataron de asaltar el edificio de la radio pública y la sede del gubernamental Partido Socialista (MSZP). El número de heridos en las dos últimas jornadas de enfrentamientos violentos asciende a 220, de los que seis se encuentran graves, en su mayor parte agentes de policía. Gyurcsány, en la reunión del gabinete ministerial, advirtió ayer que «no habrá ninguna paciencia frente a los radicales» y añadió que estos elementos violentos no defienden ideas políticas, sino que son simplemente violentos. Reiteró que no dimitirá, tal como ya había afirmado ayer, y agregó que «seguiremos con nuestra tarea sin dar un paso atrás» Por otro lado, el vicepresidente del Parlamento, el conservador János Ader, del principal partido de la oposición Fidesz, afirmó ayer a la televisión pública que «el Gobierno de Gyurcsány tendrá que abandonar el poder». También subrayó que éste no sólo mintió a la población durante la campaña electoral, sino que reacciona a lo sucedido «de una forma cínica y vergonzante». Plataforma reivindicativa Mientras, los manifestantes, que han organizado una plataforma, redactaron una carta que enviaron hoy a 21 embajadas acreditadas en Budapest, en la que exigen la salida del poder del «Gobierno ilegítimo del Partido Socialista y la Alianza de Demócratas Libres en 48 horas». Su intención, según indicaron, es dirigirse a la opinión pública internacional a través de las representaciones diplomáticas. Los firmantes de la carta también piden a los representantes parlamentarios húngaros que declaren su desconfianza ante el trabajo del Gobierno y llaman a los trabajadores de servicios de seguridad y otro personal armado a que se unan a la iniciativa, para «bloquear» la labor gubernamental del Ejecutivo. Entre los destrozos causados, los incontrolados quemaron ayer un coche patrulla y levantaron barricadas construidas con contenedores de basura y otros objetos de la calle, prolongándose los diversos incidentes hasta las 3.45 hora local (1.45 GMT). Gyorgy Lasz, director de la empresa de seguridad privada IN-Kal, que ayudó a la Policía. dijo que el 99% de los incontrolados «son conocidos ultras, seguidores de los equipos de fútbol de Ferencváros, Ujpest y Debrecen». Las protestas contra el Ejecutivo socialdemócrata se producen tras difundirse una grabación sonora el pasado domingo en la que el jefe del Ejecutivo admitió haber mentido a los electores sobre la desastrosa situación económica del país para ganar los comicios legislativos del pasado abril. Los manifestantes exigen la dimisión de Gyurcsány, quien en la cinta aseguraba ante la cúpula del gobernante Partido Socialista el 26 de mayo que «mentimos durante un año y medio» sobre la crisis económica nacional.

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