Una nueva jornada sangrienta deja al menos 52 muertos en Bagdad

Al menos 52 iraquíes murieron en una serie de ataques este domingo en Bagdad, de los cuales 35 eran reclutas que se encontraban en un centro de alistamiento de la policía cuando fueron blanco de un atentado suicida. «Dos kamikazes hicieron explotar su carga cuando los reclutas estaban reunidos en un centro de alistamiento de la policía nacional», en al Qadissya, un barrio del oeste de la capital, informó una fuente de seguridad. Según el último balance, murieron 35 personas y otras 60 resultaron heridas en este nuevo ataque contra las fuerzas de seguridad iraquíes. Tanto policías como militares son blancos frecuentes de los rebeldes armados que desafían a la autoridad del Estado. En conjunto, 310.000 iraquíes se encuentran al servicio de las fuerzas del orden, un número que Estados Unidos espera acrecentar y entrenar de manera acelerada. También este domingo fallecieron cuatro civiles y otros diez resultaron heridos al estallar un coche bomba y una bomba artesanal de forma simultánea en un barrio del centro de Bagdad, la capital. En Radwaniya, en los suburbios de la ciudad, tres personas perecieron en la explosión de un artefacto artesanal al paso de un vehículo civil, y otras tres personas murieron y 15 sufrieron heridas en un atentado en Yussufiya, al sur de la capital. Un coche bomba estalló en el centro de Bagdad en un atentado que dejó siete heridos, mientras que un artefacto escondido explotó después, a la llegada de una patrulla de policía. Uno de los agentes murió. Otros ataques dejaron nuevas víctimas mortales en la capital, donde la violencia se multiplica a pesar de la presencia de decenas de miles de policías iraquíes y militares estadounidenses. Por otro lado, fuentes de seguridad iraquíes revisaron a la baja el balance de víctimas del sábado, al informar de un muerto y una docena de secuestrados, en vez de doce muertos y decenas de personas raptadas.