Se suicida tras hacerse fuerteen la Nasa y matar a unrehén

Un contratista de la NASA se encerró el viernes en el Centro Espacial Johnson en Texas con dos rehenes, mató a uno de ellos y se suicidó. El suceso se produce cuatro días después de la masacre en la Universidad de Virginia, la peor en un centro estudiantil en la historia de Estados Unidos. Según explicaron la Policía y funcionarios de la NASA, Bill Phillips, un ingeniero que trabaja subcontratado para la agencia espacial desde hacía unos 12 años, se encerró en el edificio 44 de ese complejo tras haber superado los controles de seguridad llevando escondido un revolver. Phillips disparó en el pecho y asesinó a David Beverly, uno de sus rehenes, también ingeniero de la NASA y se quitó la vida con un disparo en la cabeza. La segunda rehén, Fran Crenshaw, otra ingeniera de la NASA, fue encontrada atada con cinta de embalaje, pero ilesa, unas horas después del inicio del incidente. La policía intentó negociar con Phillips, pero no obtuvo resultados. Sólo escuchó los disparos procedentes del edificio, que estaba dedicado a comunicaciones e ingeniería, donde se encerró el asesino. Cuando los agentes, corriendo, entraron en el lugar, dijeron haber encontrado ya a los dos hombres muertos y a la mujer con las manos y los pies atados. En una pizarra de la sala donde Phillips se suicidó había una lista de nombre y teléfonos, así como una nota garabateada, en principio ilegible, según informó el diario 'The Houston Chronicle'. Los tres ingenieros, de poco más de 50 años, se conocían entre ellos, e incluso se cree que habían almorzado juntos ese día, según señaló el director del complejo, Michael Coates. No obstante, no desveló más detalles sobre el motivo de lo ocurrido. Por su parte, el jefe de la policía de Houston, Howard Hurtt, dijo que «al parecer había algún tipo de disputa entre» Phillips y Beverly. «El sospechoso se disparó en la cabeza. Aparentemente murió de modo instantáneo», explicó por su parte el capitán de la policía de Houston, Dwayne Ready, en una conferencia de prensa. «Nunca creímos que algo así pudiera ocurrir aquí», dijo Coates.