El sustituto de Blair hace de la vivienda, la sanidad y la educación sus prioridades
Brown promete un laborismo con alma en su refrendo como líder
El relevo en el Partido Laborista se consumó ayer y este miércoles ocurrirá otro tanto con la jefatura de Gobierno. Tras meses de esperar el relevo y de una relativa paralización de la política británica, comenzó el tramo final de la retirada de Tony Blair y de la toma de poder por Gordon Brown. Las diferencias entre ambos pueden resumirse en las canciones elegidas para impregnar de cultura popular su liderazgo político. Hace diez años, la campaña «blairista» que culminó en el 10 de Downing Street, tenía como himno «Las cosas sólo pueden mejorar», un furtivo éxito tecno-pop de «D Ream». Este domingo, una ceremonia teatral, de puro estilo neolaborista, entronizó a Gordon Brown y en el vídeo que precedió al discurso del líder y, tras su conclusión, sonó fuerte, en el salón de conferencias de Manchester, la voz desgarrada del cantante de Reef, una banda rock-funky que, hace diez años, tuvo éxito con «Pon tus manos». Es Gordon Brown, quien tras esperar diez años a ser el pinchadiscos de la discoteca laborista, dijo ayer a sus correligionarios que «el partido que yo lidere debe tener algo más que un conjunto de políticas; debe tener un alma». Definida por los valores que aprendió en su infancia escocesa: «deber, honestidad, trabajo duro, familia y respeto a los otros». Pero el que será nuevo primer ministro británico desde el próximo miércoles no ha logrado su reputación por la oratoria -en la que Blair siempre le ha aventajado- sino por su gran capacidad para estudiar la letra pequeña de todas las políticas británicas. Brown ofreció su lista de prioridades. Todas domésticas. Vivienda accesible, en primer lugar. Prometió que el ministro de Vivienda tendrá asiento en el Gabinete. Sanidad y educación han sido las grandes beneficiadas del gasto público durante la década en la que Brown ocupó el todopoderoso Ministerio de Hacienda. Ayer insistió en la necesidad de expandir la educación y en mantener el criterio de un servicio de salud gratuito y de buena calidad.