Diario de León

Tras suspender los vuelos después de que 38 toneladas de víveres fueron confiscadas en Rangún

La ONU negocia con la Junta Militar de Birmania la distribución de los víveres Y hoy a votar un referéndum

A lo largo del día de hoy parten dos aviones de la PMA con el objetivo de llegar a las víctimas

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Fernando Mullor-Grifol bangkok - efe | rangún

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El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU ha decidido reanudar mañana, sábado, sus vuelos de ayuda a Birmania, después de haberlos suspendido hoy tras acusar al Gobierno de Rangún de haberse apropiado de un cargamento de ayuda humanitaria. «Vamos a enviar dos nuevos aviones de ayuda humanitaria mañana, como estaba previsto, mientras continúan las discusiones con el Gobierno birmano sobre la distribución de víveres», señaló en Ginebra Nancy Roman, directora de comunicación del PMA. La responsable señaló que esta mañana habían llegado dos aviones del PAM a Birmania cargados con galletas de alto valor energético, capaces de alimentar a 95.000 personas, y que no pudieron ser distribuidos por el personal de la organización. Un portavoz en Bangkok había declarado hace unas horas que las 38 toneladas de alimentos y material que habían llegado a Rangún fueron confiscadas y que por ello debían detener las operaciones. El portavoz del PMA en Bangkok, Paul Risley, indicó que las 38 toneladas, entre alimentos y equipo, que habían logrado hacer llegar a Rangún la víspera fueron confiscadas y que no les quedaba más remedio que detener las operaciones de envío hasta que se aclarase lo ocurrido. El primer avión del PMA con asistencia humanitaria recibió el permiso oficial y llegó al aeropuerto de Rangún ayer, cinco días más tarde de que el ciclón «Nargis» arrasase el sur de Birmania con vientos de 190 kilómetros por hora y lluvias torrenciales. La denuncia de la agencia de la ONU se produce el mismo día en que los medios de comunicación birmanos reprodujeron un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores del país en el que se aceptaba la solidaridad internacional, pero se consideraba innecesario el envío de personal especializado extranjero porque los propios birmanos podían encargarse de repartir la ayuda. El propio Risley, en otras declaraciones anteriores realizadas a los periodistas en Bangkok, consideró asombrosa la actitud del régimen militar birmano de entregar con cuentagotas los visados de entrada que le solicitan. Y al que no lo tiene es expulsado o no lo dejan descender del avión, como le ocurrió ayer a 62 especialistas que intentaron apearse del avión con ayuda humanitaria que había aterrizado en el Mingalardon de Rangún procedente de Qatar. «La frustración causada por lo que parece ser un retraso en los trámites no tiene precedentes en los trabajos de ayuda humanitaria modernos», afirmó Risley, e instó a la Junta Militar a tramitar las solicitudes lo antes posible, «aunque sea trabajando durante el fin de semana» . La embajada de Birmania en Bangkok no abrió debido a una festividad, lo que quiere decir que hasta el lunes o el martes próximos, según un empleado de la legación, no se extenderán más visados. La Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) de las Naciones Unidas calcula que 1,5 millones de personas necesitan asistencia y que lo que se conoce de la situación en las zonas afectadas de Birmania es sólo la «punta del iceberg». La situación es grave, hace una semana que «Nargis» entró por el sur de Birmania y el cólera ha comenzado a cobrarse las primeras víctimas mortales en Bogalay, que quedó casi completamente anegada y donde se ha informado de 10.000 muertos, y Laputta, donde se cree que hay 80.000 muertos, no confirmados por la Junta. Los mediosbirmanos, todos ellos controlados por el Estado, informan de unos 23.000 muertos y 42.000 heridos, aunque ya se hablan de más de 100.00 Las áreas de Birmania (Myanmar) no afectadas por el ciclón Nargis votarán en referéndum el proyecto constitucional redactado por la Junta Militar, que hizo caso omiso a las voces que pidieron su suspensión por la tragedia. La oposición democrática, que ha sido excluida del proceso de redacción de la futura Carta Magna, solicitó sin éxito que el Gobierno pospusiera la cita en el resto del país, mientras el aparato de propaganda de la Junta Militar sigue ocultando a la población la auténtica magnitud de la catástrofe y las cifras de fallecidos.

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