La OEA deroga mediante un acuerdo consensuado la suspensión de Cuba

Casi in extremis, los cancilleres reunidos en Honduras para la XXXIX Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) lograron un acuerdo consensuado para abrir las puertas a Cuba, cerradas desde 1962, y ratificaron la derogación de la resolución que se lo prohibió durante 47 años.

«Se ha aprobado ya en estos momentos por todos los cancilleres, por consenso, esto es una muy buena noticia, refleja el cambio de época que se está viviendo en América Latina», confirmó el ministro de Exteriores de Ecuador, Fander Falconí.

La decisión de traspasarlas dependerá de la voluntad del gobierno cubano, aunque a juzgar por las últimas semanas de críticas y afirmaciones de rechazo a la OEA pudiera negarse, aunque nada le impide ocupar su asiento.

Este miércoles mismo, Fidel Castro la acusaba de ser «cómplice de todos los crímenes cometidos contra Cuba», y de abrir «las puertas al caballo de Troya que apoyó las Cumbres de las Américas -de las que Cuba está excluida-, el neoliberalismo, el narcotráfico, las bases militares y las crisis económicas».

Además, desde el presidente Raúl Castro hasta otros articulistas de los medios, todos oficiales, han expresado que la isla no volverá. Pero regrese o no, el tema Cuba acaparó las intervenciones del foro internacional, como ya lo hiciera en la pasada cumbre de las Américas celebrada en Trinidad y Tobago.

Los cancilleres de la OEA coincidían en que había que derogar la resolución 7, que definieron como «obsoleta» y «anacrónica». Sin embargo, el escollo era la forma de ponerlo en práctica.

De hecho, la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, abandonaba ayer la cita de San Pedro de Sula (Honduras) sin pronunciar su discurso de 1.500 palabras y sin pacto. Lo más que se logró era la creación, a instancias de Chile y Brasil y con el apoyo de EE.UU., de un grupo de trabajo para tratar el asunto en otros encuentros.