Diario de León

Chequia ratifica el Tratado de Lisboa y da luz verde a la reforma de la UE

Con la firma del euroescéptico Klaus se supera la última traba a la Carta Magna

El presidente checo, Klaus, en la rueda de prensa del anuncio.

El presidente checo, Klaus, en la rueda de prensa del anuncio.

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p. soto | varsovia
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El presidente checo, Vaclav Klaus, firmó ayer en el Tratado de Lisboa, lo que supone el final al bloqueo de la futura Carta Magna europea. El Tribunal Constitucional de la República Checa, reunido en Brno (segunda ciudad del país), dictaminó que el Tratado de Lisboa es, en su totalidad, compatible con la Constitución checa y no limita la soberanía del país, en contra de lo que plantearon un grupo de senadores de la derecha checa en el recurso que presentaron ante el tribunal. Hace un amo, la Corte Constitucional ya sentenció que el Tratado de Lisboa no vulnera el ordenamiento jurídico del país.

El fallo era la última condición que puso el presidente checo, el euroescéptico Václav Klaus, para firmar el tratado. La República de Chequia es el único miembro de la Europa comunitaria que aún no ha ratificado el acuerdo europeo, que para su entrada en vigor necesita del apoyo de sus 27 miembros. El tratado sí que fue, sin embargo, ratificado por el Gobierno y el Parlamento y el Senado del país centroeuropeo.

El presidente del alto tribunal checo, Pavel Rychetsky, declaró que el poder judicial no tiene potestad para definir de forma definitiva conceptos como el de soberanía o fijar las competencias que desde Chequia tienen que traspasarse a la UE, porque, a su juicio, «se trata de una decisión política que no puede dejarse al Tribunal Constitucional».

En este sentido, Rychetsky calificó de «irrelevantes» algunos de los argumentos contra el tratado defendidos por el jefe del Estado. El Tribunal Constitucional también dictaminó que «no ve que la incorporación de la Carta de Derechos Fundamentales al derecho primario de la UE contravenga la Carta Magna» checa.

El último Consejo Europeo celebrado en Bruselas eximió a Praga de la aplicación de dicha Carta de Derechos Fundamentales, que fue otro obstáculo que puso Klaus para firmar el tratado. La excepción checa impide que los descendientes de la minoría alemana de los Sudetes expulsada de Checoslovaquia al acabar la Segunda Guerra Mundial, puedan reclamar indemnizaciones por los bienes incautados. La carta tampoco es vinculante para Polonia y el Reino Unido.

1397124194 Satisfacción general. Conocida la noticia, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, emitió un comunicado saludando la desaparición de la última traba que restaba para la aplicación del Tratado.

Por la mañana, el Tribunal Constitucional checo había fallado que el Tratado no contraviene el orden constitucional checo (como antes hiciera con aquellos de sus artículos que permitían una interpretación más problemática) y Klaus lo firmaba a las 3 de la tarde, en el Palacio de Praga. Hoy, el mandatario checo viaja a Estados Unidos y tiene previsto asistir, el 9, a la conmemoración de la caída del Muro, en Berlín. Su presencia en la celebración habría sido muy problemática si el Tratado hubiera estado aún entonces pendiente de ratificación.

Se da por cierta la convocatoria de una cumbre europea extraordinaria a mediados de este mes en Bruselas, para nominar a los nuevos responsables de las instituciones europeas. Barroso tiene poco tiempo para mover sus fichas, y cerrar los acuerdos con las capitales sobre el reparto de cargos en el Ejecutivo comunitario. La cartera de Almunia (Economía), es ambicionada por todos los grandes países de la UE.

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