Diario de León

Reportaje | maría jesús muñiz

Cidón, en el recuerdo

Más de un centenar de restaurantes de Euro-toques de Castilla y León dedican sus aperitivos hoy a la memoria del cocinero desaparecido hace un año

Carlos D. Cidón, en la puerta de su restaurante Vivaldi.

Carlos D. Cidón, en la puerta de su restaurante Vivaldi.

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Un año de ausencia y 365 días de presencia. El legado de Carlos Domínguez Cidón sigue presente en la memoria de todos aquellos que le conocieron, que le consideran su maestro o que simplemente compartieron con él trabajo, fogones o proyectos. Al cumplirse un año de su prematuro fallecimiento, los cocineros de Euro-toques en Castilla y León (la organización que él puso en marcha e impulsó) han optado por rendirle homenaje de la mejor manera que saben: cocinando.

Los más de un centenar de restaurantes que forman parte de la organización gastronómica en la comunidad dedicarán hoy los aperitivos que ofrecen al cocinero de Astorga. Es una iniciativa que recoge la inquietud de la mayor parte de ellos ante el aniversario, y una prueba más de que la ausencia de Cidón no ha mermado en nada la herencia que deja no sólo como cocinero, sino como empresario y emprendedor. «Defensor por encima de todo de los productos de Castilla y León», recuerda Pedro Mario Pérez, delegado de Euro-toques en Castilla y León.

La humanidad. Pérez recoge el sentir de todos sus compañeros cuando insiste en recordar la «humanidad y la enorme sabiduría de Carlos, que no era sino el reflejo de su enorme corazón». Y destaca que «la imagen de Cidón y lo que hizo por la gastronomía de la comunidad están siempre latentes en nuestras iniciativas».

«Mantener viva la llama de su recuerdo» es el objetivo de esta iniciativa, en la que cada cocinero preparará «aquello que crea que a Carlos le hubiera llamado la atención». «Los restauradores tendrán fácil buscar la inspiración, ya que Cidón fue un prolífico divulgador gastronómico», a través tanto de sus numerosos libros como de sus conferencias y ponencias. Y todo ello como «pionero y promotor en la defensa de la calidad y la diversidad de la despensa y la gastronomía de Castilla y León».

Los clientes podrán recordar así también a «quien era un auténtico estandarte para nosotros», recuerda Pedro Mario Pérez, para quien el objetivo en «estos tiempos tan poco boyantes» es «intentar seguir unidos y hacer cosas, las que él inició y otras con las que innovar, para seguir luchando por la gastronomía de Castilla y León, que tiene su propia personalidad».

Pérez se muestra convencido también de que la herencia de Cidón como empresario se mantendrá viva sea cual sea la fórmula empresarial por la que opte ahora su familia. «El Vivaldi estará donde esté el espíritu de Carlos, el resto es sólo un edificio. Lo importante es que su legado sigue latente en León, y va a seguir estándolo».

Prematuro adiós. Carlos Domínguez Cidón (Astorga, 1959) falleció hace hoy un año después de una larga pelea con el cáncer. Con su restaurante Vivaldi consiguió la primera estrella Michelín para la provincia; y su proyecto se amplió después a través de Cidón, el restaurante del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León.

Formado con la más grande generación de cocineros españoles (Arzak, Subijana, Adriá,...), inició su carrera en 1972 y durante varios años trabajó y aprendió en el Akelarre. En 1989 abrió el Vivaldi en Padre Isla, para trasladar cinco años después la más evolucionada cocina leonesa al corazón del Barrio Húmedo. En el 2000 inauguró en su ciudad natal El César.

Asesor gastronómico de la Junta, comisario de Eurotoques en Bruselas y referencia ineludible de Madrid Fusión; la investigación y defensa de los productos autóctonos fue siempre su mayor obsesión.

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