Diario de León

«Majestad, interceda por nosotros»

Las mujeres de los mineros hacen llegar una carta a la Reina, pese a que no se acercó a hablar con ellas

La Reina saludó con la ventanilla bajada y trasladó a las mujeres de mineros la carta.

La Reina saludó con la ventanilla bajada y trasladó a las mujeres de mineros la carta.

Publicado por
a. caballero | león
León

Creado:

Actualizado:

La mina es un vientre femenino. Una matriz como la de Elvira Granado: hija, viuda y madre de minero. Una roca más de las que forman el valle de Laciana y crían como un mineral a la familia; la misma entraña que luego bajará a pelear el carbón para repetirse. Una de las 15 mujeres, entre las que también había compañeras del valle de Gordón, que ayer se acercaron para entregar una carta a la Reina de España, en la que le ruegan que mire por su futuro. «Ella es mujer también y nos entiende mejor, porque somos más sensibles». Un anhelo que se les quedó frío cuando la monarca, después de inaugurar el centro de Alzhéimer, pasó por delante en el coche, con la ventanilla bajada y, ante la oración de entrega de la misiva -"«interceda por nosotros, majestad»-"se limitó a dejarles un consuelo: «Ya la tengo».

Fue el contacto más cercano en toda la mañana. Un madrugón que amaneció a las 06.30 horas en Villablino y se plantó en la capital con tiempo. Allí, Mercedes García, miembro del comité de empresa de Coto Minero Cantábrico, se topó con los servicios de protocolo y seguridad de la Casa Real, que ofrecieron como favor el compromiso de entregarle la carta en mano y como palco una acera en la avenida José Aguado, a más de 50 metros de la fachada del centro, en calle Fotógrafo Pepe Gracia, donde sí encontraron acomodo otros ciudadanos a los que la monarca saludó y besó cuando salía del edificio. «Me ha preguntado por qué era el lazo negro. Ha dicho que sentía lo que estaba pasando y que era sensible a vuestra situación», les trasladó el secretario provincial del PSOE, Francisco Fernández.

Otra vez vuelta a casa. Nuria Martínez ha dejado allí temprano, «con la tía», a su niño de 3 años. «Él lo entiende a su manera. Dice que venimos a apoyar a los minerines porque hay un señor que no les paga y luego no tienen para comida». Un hijo más de la minería. «Cuando su padre viene de los cortes, lleno de golpes, le da una espada de plástico con luces para que se defienda». ¿Quiere ser minero? «Dice que sí, pero ni de broma. Mi padre, mis hermanos y toda la familia de mi marido han sido mineros», relata como si se tratara de un exorcismo; quizá el mismo que oyó en su casa de pequeña; puede que idéntico al que repitió Elvira a sus hijos.

Quieren una salida. La solución real que ayer le pidieron a la Reina. Temen que el valle se quede estéril.

tracking