Diario de León

«El cocido tiene carisma de líder»

La sociedad Casa León nombra a Luis del Olmo mantenedor de la sexta edición de la Exaltación del Cocido Leonés, en una comida que reunió a 300 personas

Manuel García Prada, Isabel Carrasco, Luis del Olmo y Gregorio Chamorro presiden la mesa.

Manuel García Prada, Isabel Carrasco, Luis del Olmo y Gregorio Chamorro presiden la mesa.

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carmen tapia | león
León

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« V enir a León y degustar un cocido leonés es una fiesta que sólo se pueden permitir los reyes y los maharajás», afirmó ayer el periodista Luis del Olmo a su llegada a la sociedad Casa León para recibir la insignia de oro y el nombramiento de mantenedor de la sexta edición de la Exaltación del Cocido Leonés. Trescientas personas compartieron mesa, mantel y cubierto en un acto durante el cual Del Olmo instó a la creación de una Real Academia del Cocido, «y digo Real porque no hay más real, patente y evidente que esta recia muestra de nuestra gastronomía» y se postuló para ser el Correspondiente de Número, «velaría armas de mi voz, de mi entusiasmo, de mi alabanza manifiesta y mi elogio encendido, rodeado de buenos amigos».

Del Olmo hizo un recorrido por el paisaje gastronómico e histórico que han dado lugar a un plato del que dijo que «tiene carisma de un líder nato. Posee poder de convocatoria, apasiona a los osados y rechaza a los timoratos».

El periodista estuvo arropado en esta comida, entre otros, por la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, el presidente de la Audiencia Provincial, Manuel García Prada, el vicealcalde de León, Javier Chamorro, el diputado nacional Juan Morano, el director del Diario de León, Pablo Lago, el periodista Pedro García Trapiello, Cecilio Vallejo, y una nutrida representación de la sociedad leonesa. El periodista berciano recordó que fueron los romanos los que introdujeron el garbanzo en León, «que luego Maruja Botas puso de moda en Castrillo de los Polvazares», lanzó un guiño al puchero maragato, «los romanos consideraban el garbanzo como una legumbre muy respetable, tanto es así, que muchos romamos se llamaban así. Si el garbanzo en latín se traduce cmo cicer, entonces aquel gran orador romano, que se llamaba Cicerón, tendría que traducirse como Garbancero». Exaltó a los protagonistas del plato leonés: garbanzos, verduras, gallina y cerdo, del que dijo que «no debería sonarnos a insulto o a menosprecio, sino a desmedida alabanza y a música celestial», y a la patata la calificó como «el mejor regalo que nos hizo América». Terminó con su admiración por el cocido, «que no se conforma con la adhesión ferviente de unos pocos. Hay que hacer presélitos. Hemos de imponer la Revolución del Cocido ante esa invasión fantasiona de la nueva cocina con sus platos mínimos, sus mezclas imposibles y sus contradictorios sabores».

El periodista es el quinto leonés que exalta las bondades del cocido en Casa León, que en su sexta edición ya ha reconocido los méritos de nombres como Pedro García Trapiello, los hermanos Quijano, Héctor Castresana y Antonio Silván.

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