«Nos dicen que los recortes se prolongarán al menos durante dos años»

A Ernestina Bermejo, de 81 años y enferma de alzhéimer, le han recortado la ayuda de 495 euros a 250 euros, vinculada al servicio residencial, en este caso en el centro San Froilán, en Vilecha. Los responsables de la Consejería de Familia aseguran que los recortes pretenden promocionar la ayuda profesional, caso de Ernestina, que, sin embargo, también ha visto recortada su ayuda a la mitad. Ernestina paga 1.300 euros por una plaza en este centro. La diferencia la sufraga con su pensión, con la que también se paga los productos de higiene personal especiales ya que es alérgica a los pañales normales. La crisis no permite una situación económica estable a sus hijos, Alberto y Miguel Castro, que hace cinco años solicitaron una plaza en una residencia pública, «pero todavía estamos esperando». La sobrecarga de trabajo por la enfermedad de su madre, «se despertaba cinco veces por la noche, teníamos que estar las 24 horas pendientes de ella y llegó un momento en que no supumos como hacerlo y optamos por un cuidado profesional. Tomamos una decisión dura, pero ahora estamos contentos porque ella está muy bien atendida», asegura Alberto. Con la carta en la mano, Miguel y Alberto se dirigieron a los servicios sociales de León, «allí vimos auténticos dramas. Nos dijeron que no había nada que hacer, que eran recortes o se suprimía la ley. Nos dicen que los recortes se prolongarán al menos durante dos años».