El puente, listo para el rescate
La nueva elevación sobre López Núñez estará técnicamente ejecutada el día 31 y listo para una entrada en servicio que acabará con el punto negro del Espolón.
El nuevo puente sobre el que pivota la reordenación ferroviaria del norte de la ciudad llega a tiempo con la fecha fijada para su ejecución. La estructura está prácticamente finalizada —algo evidente ante un vistazo a la nueva elevación en Álvaro López Núñez— además de contar con el refrendo de los operarios que llevan adelante la actuación, que certifican que el próximo miércoles la obra estará técnicamente lista para su uso.
A partir de ahí, será el Ayuntamiento de León quien disponga la fecha en la que pone en servicio este nuevo puente que ahora, con el ala de enlace hacia Ramón y Cajal, terminará con uno de los puntos de tráfico más conflictivos y enrevesados que han sufrido durante décadas los usuarios de automóviles en la ciudad: el cruce de caminos del Espolón, punto histórico de atasco que ninguno de los sucesivos gestores municipales del orden de tráfico fue capaz de poner coto.
Desde el momento que se permita el tránsito de vehículos sobre el nueve puente de Feve, la presión de tráfico sobre el Espolón no llegará a las dosis que fijó este punto como un inconveniente para la movilidad. La circulación hacia el centro puede caer hacia Ramón y Cajal por la rampa que se estrenó con motivo de la acometida de las obras y el corte de la arteria principal, que seguirá activa, y hasta el límite del Arco de la Cárcel no llegarán los coches que buscan el centro de la ciudad. La fluidez entre los barrios del este de la urbe será de nuevo una realidad cuando se trate de circulación que busca la conexión con Eras de Renueva, y a Mariano Andrés se le liberará de la carga que soportaba a diario como alternativa para entrar a las áreas de la Universidad, palomera o San Mamés.
El Ayuntamiento de León ha declinado ofrecer una previsión de apertura del puente, sobre la realidad de que su ejecución es inmediata.
A la obra mayor le falta el remate de un tramo de asfalto, el encaje de un tramo de acera (las que han resultado ahora son más amplias gracias al ensanche de la estructura) y la colocación de las barandillas que aislarán el nuevo vial del vacío.
La obra adyacente
Mientras el nuevo puente asienta el futuro del tráfico por esta arteria principal, alrededor se avanza en la ejecución de las obras que darán salida al tren desde Feve y dan forma a un nuevo orden urbano en la zona. El paso del ferrocarril se soporta con una estructura y una superestructura de vía inferior,. que discurrirán paralelos a un paseo peatonal y a una ciclovía; se prepara el encaje de las escalerillas de salida hacia Ramón y Cajal, que a partir de ahora discurrirán en forma de ele: y junto a la calle Bilbao espera el muro que separa la acera del paso del tren. En los últimos días se ha reforzado el empuje a la obra, con más personal y medios que darán como resultado la apertura inmediata del puente.