Encuentran en un piso de Ordoño II el cadáver de una mujer muerta en abril
Nadie la echó en falta porque no tenía familia en León: «Salía muy poco a la calle».
Efectivos del Instituto de Medicina Legal de León se llevan el cadáver.
Una mujer de entre 75 y 80 años de edad apareció muerta ayer en su domicilio de la avenida de Ordoño II, por causas aparentemente naturales, después de que en el último medio año no se hubiera tenido constancia de su paradero, según confirmaron a este periódico fuentes de la investigación del caso y vecinos de la zona.
En torno al mediodía de ayer, el juzgado de Instrucción número 1 de los de León, autorizó la entrada de los bomberos al piso 3º izquierda del número 4 de la céntrica calle de Ordoño II, para averiguar el estado en el que se encontraba la mujer, cuyas cuentas bancarias no habían registrado ningún movimiento «como mínimo desde hace tres o cuatro meses» y de que en el buzón de su domicilio se encontraran cartas correspondientes al mes de abril.
Alertados por la falta de noticias sobre su existencia, los propietarios de los locales a los que la fallecida tenía alquilados sus inmuebles, comenzaron a extrañarse de su ausencia. «Era una persona que a lo mejor salía a la calle una vez al mes. Podías pasarte meses y meses sin verla fuera de casa, explicó a este periódico uno de los allegados.
Tras darse el aviso correspondiente al Cuerpo de Bomberos, un camión-grúa y un vehículo auxiliar instalaron un operativo en la acera para tratar de acceder a la vivienda por la ventana, a la vista de que las tareas de apertura de la puerta resultaban en extremo complicadas.
Agentes de la Policía Local, de la Policía Nacional y efectivos del Instituto de Medicina Legal de Eras de Renueva hicieron guardia en la zona hasta que casi una hora después, en torno a las 13.30, se consiguió acceder al interior del edificio. «Estaba en muy mal estado, bastante deteriorado y con señales de no haber sido atendido en mucho tiempo».
Descompuesta del todo
En el interior se encontró el cuerpo «prácticamente descompuesto del todo» de la víctima. «Van a tener que sacar los restos en bolsa porque es inútil subir una camilla. Ya no queda nada más que los huesos, casi».
Ordenado el levantamiento del cadáver por parte del juez de guardia, Fernando Javier Muñiz Tejerina, se cumplimentó el acta correspondiente y se trasladaron los restos mortales al Anatómico, para realizar la correspondiente autopsia.
«No tenía familia en León, apenas tenía unos sobrinos en Valladolid y no guardaban demasiada relación», relataron los propietarios de los comercios colindantes. «Para las lecturas de los contadores de la luz había verdaderos problemas porque no abría la puerta cuando llamaban y las veces que le hemos llamado por teléfono, no lo cogía. Era muy difícil comunicar con ella».
Según estas mismas fuentes, la mujer había expresado su intención de donar todos sus bienes «a las monjas» el día que falleciera. Era propietaria de todo el bloque y de los locales de los dos negocios adyacentes ubicados en los bajos.