Antibióticos se enfrenta a una multa de 35.000 euros por faltas de seguridad

Tan extenso como ocho páginas de relato de incidencias e irregularidades localizadas en una inspección; tan definido como una línea de conclusiones, que señala los 35.000 euros de sanción a los que se enfrenta la compañía debido al estado de abandono que presentan sus instalaciones. La Junta, la administración competente en seguridad laboral, dio ayer un paso esclarecedor sobre el desplome del rigor empresarial y de gestión que atenaza y envuelve a la empresa al comunicarle una propuesta de sanción de treinta y cinco mil euros correlativa con las irregularidades y apagones que observó en la misión inspectora que acometió esta misma semana al interior de la factoría. La sanción se acompaña de medidas correctoras inmediatas —quince días de plazo— con las que subsanar desajustes que los responsables del los servicios territoriales (de León) de la Junta entienden inconcebibles en la función y responsabilidad industrial que atesora Antibióticos. La lista se asoma en cascada en el informa que acompaña el expediente de sanción: falta de iluminación en los lugares de trabajo, con riesgo evidente de caídas y accidentes para los operarios; riesgo de contacto con sustancias tóxicas o corrosivas «incrementado por el hecho de no tener indicación de niveles de tanques, ni alarmas de derrames en el parque de corrosivos: riesgo de incendios, por no encontrar sistemas de protección contra incendios, ni sistemas de alarmas y evacuación; riesgo de inundación y vertido posterior, de las balsas de pluviales a la depuradora, solo evitable con un bombeo de los sobrantes para sortear inundaciones a fábricas lindantes y aledaños; y riesgo de accidentes graves, con una normativa a la que está sometido Antibióticos por cuestiones relacionadas con el almacenamiento de sustancias peligrosas. El plan de emergencia interior previsto para este caso no está operativo en ninguno de los aspecto que recoge. «Inaplicación», falta grave, sentencia el informe de la Junta que más allá de los 35.000 euros de sanción desenmascara un escenario con rincones olvidados y desasistidos, que ha durado semanas y meses en contra de lo que trataba de hacer ver desde la dirección de la empresa.