Diario de León

MAÑANA

«mi abuela me hacía bocadillos de vino y azúcar»

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León

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Amancio González es el escultor leonés con mayor reconocimiento internacional. Original de Villahibiera de Rueda, vivió en su pueblo hasta los diez años. Una época que recuerda como de «vacaciones permanentes, la etapa más feliz» de su vida. Por motivos económicos sus padres tuvieron que emigrar a Alemania, razón por la que vivió desde los cinco años con sus abuelos. Para el artista, el verano estaba estrechamente relacionado con el regreso de sus progenitores, que siempre le traían algún obsequio. «Su ausencia generó un vacío emocional. Desde el momento en que se marchaban ya les echaba de menos; se me rompía el corazón».

A sus abuelos Germán y Leocricia les recuerda rectos, pero comprensivos. «Mi abuelo tenía mucha ilusión en que le tocase la lotería, rellenábamos juntos la quiniela. Mi abuela me hacía bocadillos de vino con azúcar para merendar», rememora con cariño. Durante los meses de estío les ayudaba con el ganado y los trabajos del campo. «Paseaba a las vacas o me sentaba en el trillo». Cuenta que se entretenía matando las moscas que había sobre los animales. «Una vez maté más 20 de un manotazo».

También se bañaban en la presa, se escapaba al comapo o pescaba cangrejos en el río Corcos. «Después los asábamos en una hoguera y nos los comíamos».

Apunta que a principios del verano, los niños hacían una tortillada con los huevos que los más valientes cogían de los árboles.

Este «mundo mágico», asegura, ha inspirado su obra, como por ejemplo la escultura que descansa en Santo Domingo. «La Negrilla era un gran árbol en el que jugaba».

Al regresar sus padres de Alemania, la familia se trasladó a León. Sin embargo volvió periódicamente todos los veranos al pueblo hasta cumplir los 17. Cuando llegaba a Villahibiera iba corriendo a ver a sus amigos y, al marcharse en el coche de línea, siempre se le escapaba una mirada de pena. «Somos lo que hicimos durante la infancia, es de donde viene la inspiración. Las ideas creativas nacen de esos momentos», confiesa Amancio para finalizar.

guillermo otero

leonalsol@diariodeleon.es

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