Los alojamientos 'pirata' se llevan a los turistas en León

El fenómeno ha existido siempre, pero la crisis, y sobre todo Internet, lo han agudizado. Entrar en contacto con quienes alquilan pisos, casas o incluso habitaciones particulares para pasar unos días es cada vez más fácil... y más utilizado por los turistas. Viviendas que escapan a cualquier control administrativo, especialmente al de Hacienda; pero cuyos precios suelen (no siempre) ser más bajos que los de los establecimientos que tienen que hacer frente a todas las exigencias legales y fiscales para mantener su actividad. El sector hotelero admite su preocupación por el incremento de estas actividades fraudulentas y exige a las administraciones que incrementen los controles y tomen medidas contra esta competencia desleal en un momento especialmente delicado para las empresas turísticas.

Los datos no dejan de ser llamativos. El 82,5% de las pernoctaciones que realizaron los turistas en la provincia en el último ejercicio sobre el que existen cifras se llevaron a cabo en establecimientos no reglados. Una cifra muy superior al 68% de media nacional, pero que es común a las provincias con mayor afluencia de viajeros de Castilla y León y de otras autonomías como Andalucía.

Pernoctaciones

Un cálculo realizado por el Servicio de Estudios de La Caixa cruzando datos del Instituto Nacional de Estadística, que contempla que los turistas durmieron en la provincia casi 8,5 millones de noches (según el Anuario de 2013, con datos del ejercicio anterior). De ellas, casi siete millones de noches las pasaron en alojamientos no reglados; por 1,5 millones de pernoctaciones en establecimientos legales.

De esta última cifra, menos de 1,2 millones de noches se registraron en hoteles, el resto en campamentos y otro tipo de alojamientos legales. Los expertos inciden en que «una parte muy importante de la actividad turística se canaliza a través de lugares no controlados, como apartamentos alquilados, zonas de acampada sin legalizar, viviendas particulares o habitaciones de los propios domicilios de quienes los alquilan».

Insisten en que «la demanda turística de este tipo de alojamientos es creciente, hasta el punto de que a nivel nacional suponen más del doble de las que se registran en establecimientos legales».

Desde la Unión Hotelera Leonesa su presidente, Jaime Quindós, reconoce que es un fenómeno que ha existido siempre en la provincia, pero que «en los últimos años se ha incrementado de forma notable». El sector ha instado al Gobierno a acometer cambios sobre la legislación de arrendamientos para incrementar el control sobre los alquileres temporales de los pisos vacíos, por ejemplo. «Lo que tienen que hacer las administraciones es exigir que se cumplan los requisitos a quienes alquilan a terceros, aunque es un fenómeno difícil de controlar, por ejemplo cuando llegan a alquilarse incluso habitaciones dentro de los hogares».

Quindós reconoce que el fenómeno también «está haciendo mucho daño al turismo rural», y en todos los casos «los empresarios tenemos que competir con este fenómeno en un momento en el que nuestros precios han bajado de forma significativa en los últimos años. Pero tenemos que seguir haciendo frente a nuestros gastos y a nuestros impuestos, algo que no sufre esta competencia desleal».