Diario de León

respuesta social ante la difícil situación económica. desde las arcas municipales

La crisis después de la crisis

Las ayudas de emergencia social se duplican en el último año, con 506 familias auxiliadas, y obligan al Ayuntamiento a disponer 383.760 euros para cubrirlas .

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Álvaro Caballero | León
León

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No hay precedentes. Ni había previsión de que pudiera ocurrir de repente un avalancha como la que vino. Pero después de cinco años de incidencia de la crisis, con los datos del paro asentados en las economías familiares hasta convertirse en un lugar común, ahora que desde el Gobierno se alienta el espejismo de los primeros síntomas de la recuperación, las ayudas de emergencia social del Ayuntamiento de León se dispararon en el último año más de un 113%. Con apenas doce meses de diferencia. Justo cuando se entendía que se había alcanzado un tope. Nada que ver con una realidad que demuestra que en el 2013 el último recurso al que acogerse, el que llega cuando no hay ningún otro tipo de subsidio al que agarrarse, llegó a 506 familias. Los beneficiarios entre los que se repartieron 383.760 euros, a pesar de que en las cuentas municipales sólo había 200.000 euros programados y se tuvieron que «quitar otras partidas para atender las peticiones», como expone la concejala de Bienestar Social, Montserrat Gutiérrez. Más del doble de las 237 que se registraron en 2012, con 200.000 euros gastados. El horizonte que deja en un sueño las 173 que hubo en el 2008, cuando se libraba con 183.760 euros.

Pero la crisis después de la crisis mantiene en la orilla a más de medio millar de familias en la capital leonesa. Hogares en los que ninguno de sus miembros cuenta con un sustento. «Aquellas personas que no puedan hacer frente a gastos específicos, considerados necesarios para prevenir, evitar o paliar situaciones de exclusión social y que no puedan ser sufragados por sus medios, ni desde otros recursos sociales, ni en ese momento a través de la ayuda de terceros obligados legalmente, como son familiares», según se explicita en las bases para poder acogerse a la convocatoria. El catálogo de carencias al que se enfrentan a diario en los centros de acción social (ceas) los trabajadores municipales que deben certificar cada uno de los casos en los que, aunque se insiste en que la ayuda es «de carácter temporal», cada vez se prolonga más la ausencia de «cobertura de las necesidades básicas de subsistencia, tanto por razones sobrevenidas como por falta continuada de recursos».

Este traje vale cada vez para más personas. Pese a que «siguen siendo las minorías étnicas y los inmigrantes quienes en mayor número solicitan dicha prestación», como apuntan desde los servicios sociales, en la cola de beneficiarios se aprecian cada vez más familias que hasta hace poco más de dos años eran consideradas clase media pero cuyos miembros se mantienen en situaciones prolongadas de desempleo. Perceptores que se resisten hasta el último momento, pero que, sin otra opción, han terminado por pasar por ventanilla.

La base sobre la que se trabaja ya para este año. Nadie se atreve a aventurar que bajarán. Más bien al contrario. Por si acaso, el Ayuntamiento ya cuenta con una partida similar. Ahora que llega la crisis después de la crisis.

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