Gutiérrez queda en mitad de la vía
El alcalde de León justifica la presencia del PP, junto a los de San Andrés, Garrafe, Matallana, Valdepiélago y La Pola, pero sin una presencia conjunta ni altos cargos.
Díez, de la Fele, Álvarez Casais, Guerrero, Lesmes, Cayón, García Valadés, Reyero, el alcalde, Cepedano, Flórez, Crego y Martín-Granizo.
Apenas un reproche al inicio: «¿Qué vienes a la foto? Si es que no tenéis vergüenza!», le espetó un ciudadano. Pero poco más. La presencia del alcalde en la manifestación se desdibujó entre la marea ciudadana, que ignoró a los políticos. El discreto espacio en el que se instaló Emilio Gutiérrez, escoltado por dos policías locales de paisano, los presidentes de las patronales empresariales, Fele y CEL, y por su grupo de concejales de confianza: José María López Benito, Nuria Lesmes, Javier Reyero, Belén Martín-Granizo, María José Álvarez Casais, Patricia Guerrero, Julio Cayón y Juan Pablo García Valadés. La lista en la que faltaron Miguel Alonso, que tenía que arbitrar un partido, Montserrat Gutiérrez, que se encontraba fuera, e Isabel Carrasco y su trío de ediles afines: Ángel Villa, Agustín Rajoy y Ricardo Gavilanes. La escenificación de la brecha en la que vive el PP de León.
La presencia del partido se deshilachó por la manifestación. «¿Dónde está, no se ve la pancarta del PP?», retaba un coro. Pero ni hubo pancarta, ni mensaje, como había planeado la dirección provincial, que se limitó a dar libertad a sus miembros para decidir si asistían o no. Lo hicieron, más allá de Gutiérrez, los alcaldes de Valdepiélago, Garrafe de Torío, Matallana de Torío, San Andrés y La Pola de Gordón. Testimonios entre los que se dispersaron, aquí y allá, sin hacer grupo, concejales de pequeños pueblos, entre los cuales algunos habían recibido la llamada del secretario de Organización del PP leonés, Marcos Martínez, para advertirles de que no se dejaran ver mucho. La estrategia para que no se pudiera achacar al partido que no estaba, pero al mismo tiempo sin convertirse en un ataque al Gobierno central.
No quiso entrar el alcalde en la incongruencia de manifestarse pero no contra el Gobierno, como habían aclarado a final de semana: «La consigna de mi partido es luchar por los ciudadanos a los que representa y nunca ha sido otra», defendió. El enroque del que no salió si quiera cuando se le interrogó sobre la molestia que ha causado en la dirección nacional de su partido por acudir a la marcha. «En lo que ustedes han publicado tienen la respuesta», repitió hasta en dos ocasiones, en referencia a la información que desvelaba que Carrasco le habían lanzado a la arena para que asumiera el desgaste. «Hoy es un día en el que todo León nos unimos para exigir y demandar una serie de infraestructuras que son absolutamente necesarias para el desarrollo y el progreso de los pueblos», abundó, tras insistir en que «el alcalde León ha estado reivindicando desde el primer día y esa actitud sigue siendo la misma».
La soledad de Gutiérrez sin cargos, ni procuradores, ni diputados, ni senadores de su partido casi convirtió en una familia feliz al PSOE local de Diez y al provincial de Rodríguez, arracimado bajo la misma pancarta, aunque a paso cambiado.