León se alza por el tren

La cabecera de la manifestación cruzaba el puente de los Leones y todavía se arrastraba la cola por Padre Isla. Un kilómetro de personas estiradas. Más de 20 minutos de paso incesante de leoneses que habían salido disciplinados desde la estación de Feve a mediodía para llegar hasta la terminal de Renfe. La marea que ayer se echó a la calle para reclamar al Gobierno que no recorte los proyectos ferroviarios de Feve y Renfe. Más de 15.000 ciudadanos —8.000 según la Policía Local, 20.000 conforme al cálculo de los organizadores— en una comunión de colectivos sociales, empresariales, profesionales, sindicales y políticos. Leoneses anónimos que robaron el protagonismo a los representantes públicos, fagocitados dentro de la masa ciudadana sin mayor foco. Unos más dentro de la nómina de asistentes en la que los vecinos de la capital se vieron desbordados por el acompañamiento de habitantes de toda la provincia: toda la ribera del Torío, el Porma, el Esla y el Cea, por la que discurre la vía estrecha; las más de 155 pedanías que se agrupan en la federación de entidades locales menores. «Hoy hemos rugido como auténticos leones», resumió la presidenta de la federación de asociaciones de vecinos, Ángeles González Espadas. «Y seguro que tendremos que seguir rugiendo porque estamos cansados de ver cómo nuestra provincia ha pasado de ser un eje importante de comunicaciones a quedar semiaislada», remató, subida al estrado, mientras en la cristalera de la estación provisional se reflejaba la visión de los viejos andenes del tren.

La manifestación se convirtió en un relato único en defensa de los dos ferrocarriles que se sintetizó en cuatro puntos de reivindicación. «La llegada urgente de la alta velocidad a León en vía doble y sin merma alguna en sus sistemas de seguridad. Su coexistencia con el transporte ferroviario convencional, que da servicio a numerosas localidades de la provincial. El mantenimiento de la centralidad de las estaciones ferroviarias de la ciudad, tanto de Renfe como de Feve, y la adecuada integración de ambas redes en el entorno urbano y peri urbano. Y la garantía del empleo en el sector ferroviario, es decir, el irrenunciable desarrollo del polígono ferroviario de Torneros y el cumplimiento del compromiso de instalación en León del Centro de Regulación y Control (CRC) de las líneas de alta velocidad del norte y noroeste peninsular».

El resumen del movimiento de la manifestación se enfrenta ahora a los planes abiertos por el Ministerio de Fomento. La indefinición de la integración del AVE, en la que desde Madrid se limitan a apuntar que se hará «cuando haya disponibilidad presupuestaria», pero sin especificar el proyecto después de rechazar el soterramiento de 2,6 kilómetros que había planificado. La incógnita de la integración de Feve, en la que el Adif proyecta dejar el final de vía en La Asunción y renunciar a los trenes tram. «Seguiremos rugiendo el tiempo que sea necesario», avisaron desde la plataforma.