Una carga financiera anual de entre 20 y 25 millones

Con la respiración contenida hasta ahora, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de León avista un horizonte tranquilo para afrontar el último año de mandato. El tiempo en el que, a falta de la confirmación oficial de Montoro la próxima semana, conseguirán que se extienda el periodo de carencia y habrá dinero para el mantenimiento de infraestructuras, que hasta el momento quedad condicionado por la necesidad de empezar a amortizar el principal a partir de este mes de julio con una factura anual de 21 millones de euros. La cifra a la que habrá que sumar la parte correspondiente de amortización de los 66 millones de euros que hay concertados en otras operaciones financieras ajenas al ICO, de los 11,8 millones pendientes de devolución por exceso de los tributos del Estado de 2009 y 2010, de los 21 millones de remanente negativo de tesorería que aun no se ha financiado y los intereses. En total, una partida al servicio de la deuda que rondaba los 35 millones, casi una cuarta parte de los 131 millones de euros de ingresos corrientes con los que cuenta la administración municipal.

El horizonte ahora, con la refinanciación a 20 años y la bajada del tipo de interés, hace que el Ayuntamiento trabaje con la previsión de entre 20 y 25 millones de euros anuales como máximo para el pago de la deuda. El margen en el que habrá que encuadrar otras obligaciones pendientes que no se habían podido afrontar hasta ahora, como los 14,7 millones de euros que debe aportar de su parte del Palacio de Congresos.