Juglares y zancudos se pasean por Sahagún
Dos hombres pasean por la villa subidos en sus zancos medievales.
La villa de Sahagún lució ayer sus mejores galas merced a su particular retorno a la época medieval para vivir la primera jornada de su ya tradicional Encuentro de Juglares.
Los actos festivos incluyeron diferentes actividades y festejos ambientados en la Plaza Mayor de la localidad, el Centro Cultural San Benito y el entorno de las ruinas de ése mismo.
Desde primera hora de la mañana las calles se llenaron de malabaristas, zancudos y cuentacuentos. Pequeños y no tan pequeños pudieron disfrutar de teatro al aire libre, el habitual mercado o un torneo de juegos medievales con pintacaras para los niños de hadas y duendes.
Para los más mañosos, hubo un taller de elaboración de vidriería mudéjar. No apto para pulsos temblorosos. A continuación, espectáculo de clown con acrobacias con trapecio y telas.
En el turno de tarde, que arrancó a las 17.00 horas con unas subidas teatralizadas a la torre del reloj, hubo que coger chaqueta para resisitir a las inclemencias climatológicas de tan ardua zona norte.
Aquellos que engalanasen su balcón, ventana o fachada participaron en un concurso cuyo fallo se desveló en las ruinas de San Mancio. El premio consistió en una cena para dos.
Entregado tan suculento regalo, la poesía tuvo su turno en el programa: recital ‘En el camino, la palabra’ a cargo de Tomás Néstor, categorizado como peligroso agitador cultural por la organización del Encuentro.
Una cena de la época, pasacalles nocturno de pirotecnia y degustación de queimada y pastas pusieron el broche gastronómico a la primera jornada de juglares. La programación a lo largo del día de hoy será similar.
Acacio Díaz/maje muñiz