«Es una DESPEDIDA Y SIMBOLIZA EL VACÍO QUE DEJAN LAS PERSONAS»

El escultor leonés Amancio González pensó en su amigo fallecido de muerte súbita José Gutiérrez para moldear la figura de bronce sentada con pájaro muerto que está en el barrio romántico, junto al jardín del Cid. José Gutiérrez tenía 21 años cuando falleció montado en su bicicleta. «Fue mi segunda escultura en León después de la Negrilla. Me pareció el mejor homenaje a un amigo fallecido, aquí, justo debajo de la casa donde vivía. Esta escultura es una despedida a alguien que se va sin decir adiós y simboliza el vacío que dejan las personas, un vacío que queda en el aire». Un hombre con un pájaro muerto en la mano izquierda, «es el símbolo de la vida que ya no está». Amancio tardó dos meses en moldear esta escultura, que se sostiene en un pedestal con forma de árbol. «La columna eleva el motivo. Todas las partes de la escultura intentan luchar con la columna que la soporta».

La obra funciona muy bien en el espacio elegido por el entonces concejal de Urbanismo, Cecilio Vallejo, y el concejal Javier García Prieto, que encargaron la obra al autor en 1998, con el barrio en plena transformación. «Yo elegí el lugar dentro de esta plaza. No me interesa ocupar el centro para respetar el espacio para que los niños jueguen y la gente pase libremente. Es una pieza discreta, con un transfondo muy emocional que va con el sentido del barrio, romántico. Me gustó conjugar esas dos ideas». Amancio vivió con mucha intensidad la construcción de esta obra. «Para un artista es importante ver cómo se comporta el público con su creación. Una obra pública es una prueba de fuego. En este caso, la escultura está bastante bien conservada. El público la respeta».

carmen tapia