Barazón sostiene que Montserrat y su hija fueron tratadas como el resto

Marcos Martínez Barazón, presidente de la Diputación Provincial de León, rechazó sistemáticamente en su declaración como testigo los argumentos que sustentaban la tesis de la enemistad manifiesta entre la presidenta y las dos principales acusadas por el caso, y minimizó también su grado de contacto con la imputada.

«No la conocía demasiado, simplemente de lo que podía ser el día a día a nivel profesional». El presidente rechazó que se hubiera producido una persecución contra las dos sospechosas: «Se las trataba como a cualquier otra persona» y negó también que hubiese habido una especial animosidad en torno a la reclamación económica por la que se llegó a los tribunales: «Se hizo lo que había que hacer con ese tipo de expedientes».

El entonces vicepresidente de la Diputación reconoció que madre e hija se dirigieron a su persona para intentar que alguien les filtrase las preguntas de la oposición a la plaza que en aquel momento ocupaba: «Me dijeron que después de todo lo que estaban haciendo por el PP, era una vergüenza que las tratásemos de esa manera».

Muy puntillosa

La jueza estuvo especialmente puntillosa en los 65 minutos que duró prácticamente el interrogatorio, durante los cuales solicitó a Martínez Barazón que explicase las actividades y los comentarios que le había realizado la presidenta en los días previos a su asesinato y le interrogó también en torno a la posibilidad de que él mismo se sintiera seguido a la vista de la importante cantidad de material fotográfico sobre su persona que se halló en casa de las imputadas.

También restó importancia al hecho de que la persona que se hizo cargo de la plaza de Triana, a continuación se fuese a Valladolid y que su puesto desapareciera. «No pasó nada raro, encontró algo mejor y decidimos amortizar la plaza porque era lo mejor».