«Soy un político de consensos y sería posible gobernar desde la izquierda»

­—Al final, sin primarias. ¿Le hubiera gustado medirse?

—A mí me gusta bastante y tengo dilatada experiencia en temas no de confrontación, pero sí de defender diferentes propuestas en el partido. No me hubiera desagradado tampoco.

—En este caso le ha tocado ser aparato, como ha dicho la aspirante, que habla de desigualdad.

—Sí, creo que ha estado bastante desigual, yo he presentado casi 400 avales y ella no ha llegado.

—Esta vez era ‘aparato’.

—Nunca he sentido que ir contra el aparato le otorga al aparato esa ventaja suficiente. Ahora tocará trabajar todos juntos por el proyecto.

—¿Se ve como heredero de lo que usted llamó el ‘paquismo’?

—Esa época tuvo grandes hitos y actuaciones. Evidentemente me considero corresponsable de todo ello. Pero no soy heredero de nadie. Nada más finalizar el proceso electoral anuncié cuál sería mi posición de cara a intentar trazar una nueva línea política. Yo en el anterior mandato ni tenía cargo orgánico en el partido, ni era cabeza visible. Sí me considero una renovación.

—¿Cuál es esa línea de la que quiere alejarse?

—Hay que ser conscientes de qué es lo que reclama la ciudadanía. Se debe dar con urgencia la apertura de la administración a los ciudadanos, a la toma de las decisiones importantes que les afectan, no de las del día a día. Hay que ver la manera de hacerlo y no que solamente se limiten a votar cada cuatro años.

—Suena a Pablo Iglesias, el de la coleta.

—Me lo habrá escuchado Pablo Iglesias a mí.

—Está Podemos, Ganemos, se plantea Decidamos. ¿Cómo afectará al coto en el que están PP, PSOE y UPL?

—La gente cuando quiere expresarse y no encuentra quién la represente aparecen plataformas. Considero también que es positivo que la mayoría son de izquierdas o tendencia progresista, algo que creo positivo. Quizá otras como la plataforma de comerciantes son contestación clara a la política del PP; en esta ciudad se han sentido abandonados. No me extrañaría que surgiera una de taxistas, de autónomos, de parados, de estudiantes. El próximo espectro municipal va a ser muy diferente porque gran parte de estas irrupciones van a estar representadas.

—¿Para gobernar habrá que pactar?

—Más importante que ser alcalde es poder formar parte de ese cambio que es necesario en esta ciudad desde las políticas de izquierdas. Si con la suma de todas las opciones políticas pudiera, lo haría. Es sano. Las mayorías absolutas no funcionan en este país y hay que volver a recuperar la capacidad del diálogo y los consensos que se han olvidado. Me considero un político de consensos y sería posible desde la izquierda volver a gobernar esta ciudad.

—¿Aunque no fuera el más votado?

—Eso es una trampa. La voluntad de los ciudadanos es la que suma su mayoría. Siempre que haya opciones dentro de lo que es compartir ideología y proyecto, ¿por qué se va a renunciar a ser alcalde?

—Se da cuenta de que esas opciones surgen en contestación al PP, pero además porque ustedes no las representan.

—El PSOE ha surgido un desgaste importante. Trabajaremos para aglutinar ese desencanto. Muchos de los partidos de izquierdas surgidos corresponden a áreas que antes tampoco aglutinábamos; si ahora otros que surgen son capaces de sumar más izquierda, bienvenido sea.

—¿No teme que le resten?

—Si temiera algo no estaría. El voto es de los ciudadanos, yo sólo tengo el mío. Somos un partido con una larguísima trayectoria, con 125 años luchando por la igualdad y la justicia social. Lo que tenemos que hacer es trabajar, sobre todo con esa gente que siempre ha sido la nuestra y que es la que peor lo está pasando.

—¿Sabe quién repetirá?

—Tienen que ser los mejores que tengamos en el PSOE. Pienso además, porque lo pide la gente, que debe haber una renovación y mayoritariamente debe estar constituido por gente nueva, no digo jóvenes ni mayores, sino nueva. La decisión la tomaré consultando a la militancia. Lo que está claro es que el actual equipo que dirijo en la oposición, que es heredado, va a sufrir una profunda, profunda renovación.

—Va a quedar usted, que no es nuevo, y poco más.

—Es que soy el candidato. No digo que se vaya a renovar el 100%, pero el 80% posiblemente.

—¿Volverá gente como Pepe Giménez o Graciliano Palomo?

—Ninguno de los que ha dicho va a estar; se lo garantizo. No pongo cortapisas en cuanto a edad, pero personas que han sido muy significadas en la política local, nacional o autonómica, no formarán parte. No porque no tengan valía, sino por que la gente pide regeneración.

—Que empieza por un candidato que no regenera.

—Si usted piensa que por ser concejal 8 años, 4 con responsabilidades de gobierno, me tengo que ir para casa, nos vamos para casa todos.

—¿Y alguno de sus ex compañeros volverá?

—Entiendo que no. Hay que comenzar una nueva etapa, aunque yo sea muy viejo y habrá que tapar esa vejez mía. Ha de ser gente lo más nueva en el sentido de la función pública.

—¿Piensa recupera algún proyecto como el tranvía?

—Ahora las circunstancias económicas, las circunstancias del gobierno central indican que no va a ser posible iniciar ningún proyecto en ese sentido.

—¿Qué es irrenunciable?

—Hay uno muy importante, que es el polígono ferroviario de Torneros, que supondría un cambio muy importante no sólo en la actividad económica, sino el ferroviario y el logístico. León no puede perder todo. Además hay posibilidades de reactivar los proyectos biotecnológicos y de las tic, a través de iniciativas europeas como la Agenda 2020.

—¿Por dónde pasarán las líneas de su programa?

—Hay que ser realistas. La gente pide más participación y activar de manera más importante las políticas que permitan ayudar a la gente que peor lo está pasando para que mantengan la dignidad de la persona, laboral y de igualdad de oportunidades. Es un momento de estar con la gente y dar respuesta a sus problemas. Cuando cambie será el momento de acciones más visibles

—Dona parte de su sueldo a organizaciones sociales.

—De los cerca de 2.000 euros, dono 200 a estas situaciones y 200 al partido.

—¿Piensa establecerlo como programa?

—Yo pienso que es una situación voluntaria.

—Si fuera alcalde podría fijarlo.

—Sería un error entrar en ese debate de si los políticos tienen que ganar más o menos. Un político tiene que estar dignamente pagado.

—Usted se fijó la cifra.

—También dije que era una situación coyuntural, que esperaba no tener que hacerlo algún día porque la situación de los leoneses mejorara.