León apoya a los trabajadores de Everest y defiende su futuro

Cerca de 3.000 personas salieron a la calle este sábado para respaldar la continuidad de Everest después del anuncio de un ERE de suspensión para casi 120 de sus 230 empleados, que tendrá vigencia hasta el próximo 31 de marzo. Trabajadores de la compañía, familias enteras, representantes de la clase política y miembros del mundo de la cultura hicieron un llamamiento a las administraciones para que se aporten “soluciones sociales, justas y urgentes” que permitan garantizar la continuidad de la editorial.

La manifestación partió a las 12 horas de la plaza de Guzmán de la capital leonesa, encabezada por una pancarta en la que se podía leer ‘Salvemos Everest’, el lema de una campaña que se lleva aplicando en las últimas semanas para reclamar la viabilidad de la factoría. De forma ruidosa, los manifestantes transitaron hacia la plaza de Botines, donde ha tenido lugar la lectura del manifiesto y un acto cultural con la entrega de libros a los más pequeños.

Los representantes de los trabajadores agradecieron el apoyo recibido, no sólo en esta gran manifestación, sino en las reivindicaciones de las últimas semanas, y reclamaron a la Dirección de Everest que apueste “seriamente” por el futuro de los puestos de trabajo de una empresa que los trabajadores mantienen que “es viable” y que “tiene que adaptarse a los nuevos tiempos”.

Durante la lectura del manifiesto se resaltó que Everest es “la histórica y única gran editorial de Castilla y León”, de la que se pidió que su historia, que supera el medio siglo de vida, no se reduzca al tradicional “había una vez” de los cuentos. Por eso, se instó a “detener” la situación actual en la que se encuentra en medio de una “sangría” general que se aprecia en la economía. “Para que el cuento no se acabe hay que pedir a nuestros representantes, que nos representen de una vez”, se clamó.

En este texto se calificó de “intolerable” la actitud de la empresa con los trabajadores, que son “víctimas” de esta situación y se preguntaron “dónde está la Junta y el consejero Villanueva” para evitar que los libros de Everest “dejen de volar”, para lo que insistieron a la hora de reclamar “soluciones sociales, justas y urgentes”.

El poeta Víctor M. Díez dio lectura al manifiesto, firmado por más de 200 escritores y representantes del mundo de la cultura, en el que ha asegurado que la situación de la Grupo Everest, que adeuda dos extraordinarias y media y una nómina a sus empleados, es "cosa de todos".

Además, esta semana se ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo (ERTE), que pone en entredicho la estabilidad laboral y el futuro de la compañía, con presencia en España, pero también en otros países de Europa, Sudamérica y África.

Víctor M. Díez animó a los leoneses a "ser inteligentes" y estar "atentos" al escenario que vive la provincia, después de que se haya "acabado con la minería, con Cristalglass, con Antibióticos, con La Crónica de León... no hay que darlo por olvidado", ha reivindicado. Todo ello fruto de una crisis que, además, ha dejado "locales vacíos, comercios cerrados o en traspaso porque ahora todo se vende o se alquila", aunque existe una posibilidad de respuesta "mejor tarde que nunca".

Así, Díez considera que el caso de Grupo Everest puede ser "el principio de una oportunidad" para reivindicar a las administraciones que contribuyan a detener la "sangría".

"Llenemos de palabras e inteligencia el libro blanco de nuestro propio futuro. ¡Viva la inteligencia, abajo la muerte, salvemos Everest!", concluyó.

El presidente del comité de empresa de Grupo Everest, Enrique Reguero, antes de la lectura del manifiesto, ha sostenido que "la nieve que cubre el Everest ha bajado a León" y, a la vez, ha tenido un recuerdo a quienes "están peor" que los trabajadores de la empresa que este sábado se ha manifestado. Sin embargo, pidió a la dirección de la empresa y a la Junta de Castilla y León que "se impliquen" y, en el caso de la administración, que actúe del mismo modo que ha hecho para salvar otras empresas de la Comunidad. 

Además, sin distinciones, agradeció el interés de sindicatos, partidos políticos, de colectivos, de instituciones como los ayuntamientos de León, San Andrés del Rabanedo o Valverde de la Virgen, así como de la Diputación en el conflicto abierto en la empresa leonesa.