Diario de León

SEMANA SANTA. JESÚS FERNÁNDEZ. OBISPO AUXILIAR DE SANTIAGO DE COMPOSTELA Y PREGONERO DE LA SEMANA SANTA DE LEÓN

«La corrupción es el calvario actual para muchas personas»

El pregón del obispo de Santiago de Compostela, el leonés Jesús Fernández, instó a los creyentes a ser «los cirineos» de los que sufren. «La imaginería procesional muestra una historia actual. Ese Cristo maltratado, que sufre y padece, está hoy en nuestras calles y casas».

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carmen Tapia | león
León

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—El papa acaba de decir que un buen cristiano no debe permitir la corrupción. En la línea de su discurso de sufrimiento y padecimiento de la sociedad actual ¿qué opinión tiene de los casos de corrupción?

—El santo padre da siempre en el clavo porque es sensible a la realidad humana y social. Hay mucha gente que está recorriendo un calvario.

—¿A qué se refiere?

—La corrupción está provocando un calvario en muchas personas porque ese dinero tendría que llegar a los que lo necesitan y no a los que están flotando en la riqueza. Y mucho más si esa riqueza no está ganada justamente sino a costa de otras personas. El que cae en la corrupción no está en un plano humano, se degenera así mismo, pero sobre todo está hiriendo a la sociedad, creando desconfianza y sufrimiento a las personas.

—Faltan dos meses para las elecciones ¿de qué cree usted que carecen los programas de los partidos políticos?

—De sensibilidad religiosa. Hay muchos creyentes que no estamos por primar a ninguna religión. Tiene que haber respeto a todas. Pero entendemos que la religión está aportando ahora sentido a mucha gente. Aporta realidad porque mueve a muchos corazones a hacer el bien a los demás y, sin embargo, a nivel político parece que estas realidades son poco valoradas. No hay propuestas políticas. En la mayoría de los programas aparece la propuesta de denunciar los acuerdos con la Santa Sede. Hay una ambigüedad muy buscada, no explican en qué consiste. Parece difícil entender un estado español sin que se tenga en cuenta la aportación de Cáritas, por ejemplo. ¿Qué piensan hacer con todas esas personas que necesitan atención? Nadie responde a eso. No dan soluciones. En la situación en la que estamos no se pueden hacer planteamientos rupturistas. Hay que aprovechar lo bueno que se ha hecho y evitar lo malo y juntos mirar hacia el futuro. Si no hay entendimiento caeremos en los errores similares a los que hemos tenido.

—Acaba de mencionar a Cáritas ¿qué le parecen las declaraciones del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, equiparando las aportaciones solidarias a Cáritas con las que se dan para la financiación de los partidos?

—La apariencia es que al hacer esa comparación quiere beneficiarse de la imagen que tiene Cáritas. También entiendo que las comparaciones pueden ayudar a uno a defender lo que quiere. Son dos cosas diferentes y no habría que mezclarlas.

—Hace algo más de un año que fue ordenado obispo auxiliar de Santiago de Compostela ¿qué valoración hace de este año de trabajo?

—Ha sido un año interesante y positivo. Me ha permitido conocer la realidad de la Diócesis y personas que aportan mucho a la fe y la vida de la Iglesia. Visito con frecuencia a la gente de las parroquias. Mis principales aportaciones han sido en la línea de la formación. He intentado acercar geográficamente la formación a los sacerdotes. He intentado aportar en el tema religioso impartiendo retiros. Estamos en un sínodo, que es un periodo en el que 240 grupos se reúnen cada dos semanas para plantearse la fe cristiana y la vida de la Iglesia. Estamos dando voz a la gente para que aporten ideas de todo tipo.

—¿Tiene pensado algún plan para aumentar las vocaciones?

—El rector del Seminario es el encargado de ese campo. Tenemos muchas iniciativas. Hay oraciones en las que se invita a jóvenes en Coruña y Santiago. Tenemos campañas. Hay un trabajo en emisoras los viernes por la noche. Convivencias. Es muy importante la colaboración con la pastoral juvenil. En Semana Santa van en un recorrido con jóvenes desde Tuy a Santiago. Esa delegación tiene un programa de ‘centinelas en la noche’ que consiste en que un grupo de chicos sale por las calles e invita a los jóvenes que salen de fiesta a que vayan a la capilla y recen unos minutos.

—¿Cómo ve a la juventud?

—La juventud tiene más inquietud religiosa de la que pensamos. El ambiente, aparentemente, les acalla esa necesidad. Estamos en la línea de lo que el papa llama renovación pastoral, de una Iglesia que sale al encuentro de las personas. No sólo hay necesidades materiales. Hay personas que tienen pobreza espiritual porque nadie les habla de Dios y de que ese Dios les ama y quiere acompañarles en esas situaciones.

—¿Tiene pensado volver a León?

—Aquí me tienes.

—Quiero decir a trabajar

—No está en mis manos. Estoy a disposición de lo que me pida el papa. No es corriente que alguien que ha trabajado en una Diócesis regrese como obispo a ella. Si me lo propone el Santo Padre vendría encantado, pero no es fácil, esa es mi opinión personal.

—¿Cómo se ve de mayor?

—No lo he pensado aunque ya casi soy mayor. No me sitúo en ningún lugar. Me veo de obispo hasta los 75 años.

—¿Tiene preferencia por algún destino?

—Como ser humano que soy sí tengo alguna, pero nunca diré cuál es (ríe). Donde vaya iré contento.

—¿Esa preferencia inconfesable de la que habla tiene que ver con estar más cerca de la gente, en un retiro o en un despacho?

—Mi perfil influye. Me gusta mucho el trato con la gente, es evidente. Me gusta mucho la pastoral. No me veo en una oficina metido. Me veo visitando enfermos, visitando la cárcel y visitando Cáritas.

—¿Ha hablado personalmente con el papa desde que es obispo?

—Hace siete meses. Tuve un curso en Roma y hablamos con él. Sobre cómo se encontraba y le deseé que cuidase su salud porque trabaja mucho. Le dije que le queríamos.

—El papa ha hecho declaraciones poco específicas en el sentido de la duración de su mandato

—Si, ha dicho que no sabía si duraría cuatro o cinco años más. Creo que todo dependerá de su salud. Estoy seguro de que renunciaría si se viera muy deteriorado en la salud. No parece tener ningún problema grave.

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