Consenso para la reforma del Grano, que deja para 2016 el levantamiento de la zona central de la plaza

Después de cuatro años de procedimientos administrativos erróneos, gestiones ineficaces y luchas abiertas, el nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de León cerró ayer el planteamiento definitivo del proyecto de reforma de la plaza del Grano de una sentada. Habrá catas arqueológicas en septiembre y obras en octubre, pasado San Froilán, para que la reurbanización de las calles Capilla y Mercado esté lista en abril y el ensanchamiento de las aceras para favorecer la accesibilidad se estrene en junio, mientras que queda pendiente para una tercera fase la intervención integral en la zona central. Un calendario de intervenciones que la concejala de Urbanismo, Ana Franco, expuso a los colectivos implicados para «consensuar de forma satisfactoria» una actuación que «aúna la necesidad de la conservación del patrimonio y el disfrute de los vecinos».

La reunión sirvió para que los 13 colectivos citados resolvieran sus dudas sobre un proyecto que en el mandato pasado terminó en enfrentamiento entre vecinos y grupos conservacionistas. Dos grupos junto a los que se sentaron los técnicos municipales, el arquitecto ganador del concurso de ideas, Ramón Cañas Aparicio, y portavoces de asociaciones de comerciantes, hosteleros y discapacitados que coincidieron en «la necesidad de que la plaza necesita una intervención urgente», como expuso la concejala de Urbanismo, quien insistió en que «todos los ciudadanos tienen derecho a disfrutar de todos los espacios». «Es un espacio que tienen un valor histórico y cultural muy alto, pero también todos lo tienen que disfrutar. No se tienen que quedar en las afueras de la plaza para poder disfrutarla», recalcó Franco, quien detalló que la actuación de ensanchamiento dejará las aceras con un máximo de 1,5 metros, en lugar de los 4 metros que se llegaban a contemplar en algunas zonas en el proyecto original.

Esta intervención formará parte de la fase que se prevé que esté lista en junio y que se complementa con la recuperación del enchinarrado de los soportales de la zona norte de la plaza. Unos trabajos a los que se adelantará la reurbanización de las calles Capilla y Mercado, que abrazan la iglesia, y el arreglo del enchinarrado de la zona oeste, previstos para abril. Dos fases cifradas en 262.385 euros de los que el Ministerio de Fomento aporta el 75% con cargo a la partida del 1,5% Cultural, en las que además entra la actuación en las calvas que se reparten por toda la plaza por la desaparición de cantos rodados debido al abandono que ha sufrido y a obras indiscriminadas para la instalación de acometidas de servicios con pegotes de cemento.

Queda sin embargo pendiente la fase más delicada del proyecto. Estimada en 200.000 euros y todavía sin financiación, Franco reseñó que se prevé que el próximo año se ejecute el levantamiento de la zona central de la plaza para instalar un colector subterráneo que evite los problemas actuales, antes de volver a colocar paño a paño y canto a canto las piedras en la misma disposición que tienen ahora, con la conservación además de los árboles existentes.

Para que «la gente pueda ver que no se está violando en absoluto el espíritu conservacionista del proyecto», la concejala del PP se comprometió además a que «se hará un ‘abierto por obras’» en el que «los colectivos y vecinos puedan ver su desarrollo desde dentro». Un gesto de «transparencia» que se complementará con «la exposición al público de los resultados de las catas arqueológicas», apuntó Franco, quien también trasladó a los vecinos que «el camión de la basura no atravesará la plaza para no dañar el pavimento».